“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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sábado, 13 de febrero de 2010

PARIAS PARALIZADOS POR EL MIEDO

Paria = persona a quien se excluye de las ventajas que disfrutan otros o cuyo trato se rehúye por considerarla inferior. (Definición del María Moliner)

La crisis, entre otras muchas cosas, se ha convertido en una ocasión para orientar nuestra mirada. En particular, al dejar al descubierto la creciente brecha existente en España entre el capital financiero e inmobiliario y los directivos de las grandes empresas, de una parte, y la mayoría social de la clase asalariada y un amplio sector de pequeñas empresas y trabajadores autónomos menos competitivos, por otra, nos permite tomar conciencia no sólo de la brecha de la desigualdad, sino también nos posibilita “releer” el modelo de crecimiento de los últimos 20 años, y tomar buena nota de caminos por los que no deberíamos transitar más.

La tabla de la anterior entrada puede ayudarnos como una aproximación –incompleta- a esos efectos: Se constata que los más parias de esta crisis están siendo los trabajadores, especialmente los parados (4.326.500) y los que tienen contrato temporal (3.886.200). Esto es, una bolsa de 8.212.700 trabajadores y trabajadoras que van alternando contratos temporales con periodos de paro. Y que contrastan con los 11.606.400 trabajadores con contrato fijo. Ni que decir tiene, que el importante aumento de parados que se ha producido desde que empezó la crisis, proviene de este sector de precariedad, del sector privado. Sin olvidar que autónomos y trabajadores independientes son otros de los que pagan en sus carnes la crisis, perdiendo entre ambos 745.400 personas.

A la pérdida del trabajo acompaña una proceso de deterioro del nivel de vida de este importante segmento de la clase obrera (autónomos incluidos) con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo, aumento de las deudas, dificultades para el pago de las hipotecas, incluso de los bienes básicos y de primera necesidad para la supervivencia. Principales síntomas de esta deriva a la pobreza y la marginación son los embargos y desahucios, que se han disparado, y desde que irrumpió la crisis, a mediados de 2007, se han registrado en España 140.000 procesos judiciales que, generalmente, culminan con el embargo del inmueble, y según el Consejo General del Poder Judicial en 2010 se alcanzarán los 180.000, o la saturación de los albergues, bancos de alimentos y otros servicios de emergencia. No en vano, la oficina de estadísticas europeas señala que en España el riesgo de ser pobre pese a tener un trabajo, lo que le ocurre al 11% de los españoles, frente al 8% de la media europea.

Cómo reflexiones sugeridas:
  • ¿dónde está nuestro punto umbral de aguante del sufrimiento y la humillación? ¿cuánto más ha de crecer el paro y la pobreza para movilizar a los trabajadores contra un sistema tan injusto y explotador?
  • ¿Cómo ha conseguido el sistema disciplinarnos a los trabajadores y a nuestras organizaciones hasta semejante extremo de pasividad?
  • ¿Qué decir de los sindicatos, más preocupados por la negociación colectiva –en tiempos de deflación- y las pensiones, que en atender a la situación de esta enorme masa de parias, para los que la urgencia de la supervivencia es prioritaria, anterior a la defensa de derechos adquiridos?
  • ¿Qué papel juega el miedo en esta nueva forma de esclavitud? ¿Cuáles son las características del miedo que atenaza a los parias?

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