“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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miércoles, 23 de junio de 2010

20 Frases de Saramago

La muerte de José Saramago nos invita a recordar algunas de sus mejores frases. Pequeñas perlas literarias con las que podríamos estar reflexionando horas y horas. Porque, como él mismo dijo: “Sólo si nos detenemos a pensar en las pequeñas cosas llegaremos a comprender las grandes”:

  • “El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir”
  • “Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos, sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir”
  • “Si las conociéramos, las cosas del cielo tendrían otros nombres”
  • “La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”
  • “Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es”
  • “Me gustaría escribir un libro feliz; yo tengo todos los elementos para ser un hombre feliz; pero sencillamente no puedo. Sin embargo hay una cosa que sí me hace feliz, y es decir lo que pienso”
  • “En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en Dios, no lo necesito y además soy buena persona”
  • “El caos es un orden sin descifrar”
  • “No encuentro respuesta, las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible”
  • “He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro”
  • “El éxito a toda costa nos hace peor que animales”
  • “Antes nos gustaba decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda”
  • “El bien y el mal no existen en si mismos, y cada uno de ellos es sólo la ausencia del otro”
  • “Es mentira que el Nobel sirva para fomentar la literatura del país al que pertenece el galardonado. Para lo único que vale es para engrosar la cuenta corriente del autor”
  • “La vejez empieza cuando se pierde la curiosidad”
  • “Pienso que todos estamos ciegos. Somos ciegos que pueden ver, pero que no miran”
  • “Cuanto más te disfraces más te parecerás a ti mismo”
  • “La mejor manera de defender los secretos propios es respetando los ajenos”
  • “El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que sólo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime”
  • “Dios es el silencio del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio”

JOSÉ SARAMAGO

lunes, 7 de junio de 2010

Reflexiones sobre la reforma laboral

BAJADA DE SALARIOS A LOS FUNCIONARIOS


Una amiga me hace llegar por correo electrrónico la siguiente reflexión
  • El carpintero metálico, tipo fornido y de brazos bronceados por las chispas que genera la soldadora eléctrica, se alegra de la medida que ha tomado su Presidente Zapatero.
  • El camarero autónomo, dueño de un bar de barrio, hombre sacrificado y eficiente en la ardua tarea de regentar su negocio, celebra que el Gobierno baje el sueldo de los funcionarios.
  • La dependienta de Zara, a quien el uniforme negro queda tan bien, aplaude los recortes que el Ejecutivo piensa llevar a cabo en las retribuciones de los empleados públicos, mientras menea el culito entre prendas y clientes.
  • El dueño del gimnasio de la esquina, joven emprendedor, tan aficionado al deporte como a las agujas, dice que ya era hora de que se metiera mano a esa panda de vagos y caraduras.
  • La cajera del supermercado -hartita de trabajar dentro y fuera de su casa es de la misma opinión que el señor que en esos momentos está pagando, un jubilado de la Europapel que no aprueba que se congelen las pensiones pero sí que se disminuya el salario de los funcionarios.
  • El Antonio el frutero, que se levanta todos los días a las cinco de la mañana para ir a la lonja, explica a la Rafi,la de la papelería, mientras le pesa las manzanas fuji, que esto lo tenía que haber llevado a cabo el Gobierno hace mucho tiempo, que por culpa de lo que se ha venido gastando en todos esos parásitos no productivos que son los empleados públicos, nos vemos como nos vemos...

El funcionario regresa andando a su casa tratando calibrar cómo le va a afectar el recorte de su salario y de qué manera puede minimizar el impacto que el mismo va tener en su economía doméstica. Piensa que lo primero que va a desechar son los gastos inútiles; así, decide que el mes que viene no irá al gimnasio de la esquina: sale más barato correr en el parque y, además, es más sano. Los abdominales los hará en casa, con los pies metidos debajo de la cómoda. Hace, asimismo, memoria de los polos y camisas que tiene en el armario y determina que tampoco necesita renovar el vestuario este verano. La pena es que no podrá recrearse en la visión de alguna que otra dependienta.
No piensa renunciar a la cervecita, pero en lugar de tomarla en el bar de barrio, se comprará unas latas, aunque no en el supermercado habitual, en el que las cajeras están hartitas de trabajar dentro y fuera de la casa y que es un par de céntimos más caro que el Día.
También ha llegado a la determinación de comprar las verduras en una frutería más barata que la del Antonio el frutero. La calidad será menor pero, total, lo verde está malo de todos modos. En cuanto a las reformas que necesita su casa, no tiene duda de que estas habrán de esperar atiempos mejores, si es que llegan. De modo que nada de cambiar los cierres de aluminio...
Y así, el funcionario vuelve a casa, ignorante de lo que el preclaro y eficaz intelecto del Presidente de su Gobierno va a ayudarle a ahorrar.

jueves, 3 de junio de 2010

El valor simbólico de las medidas del Gobierno (v)

ALGUNAS CLAVES DE LECTURA CRISTIANA

Tres ejes van a centrar estas claves de lectura cristiana de la crisis y que tienen como objetivo establecer un pequeño marco que nos permita elaborar criterios para la búsqueda de alternativas en nuestros ámbitos de trabajo y compromiso, en coherencia con los valores humanistas y cristianos.

El primero tiene que ver con la comprensión de la crisis como ocasión para repensar nuestro modelo de desarrollo y de bienestar "que no es justo ni sostenible, que no tiene sentido, que no tiene futuro".En ese sentido, la Crisis es tiempo de esperanzas y alternativas y , desde una perspectiva cristiana, se convierte en “signo de los tiempos”, esto es, llamada de Dios a una conversión que nos permita avanzar en la dirección del Reino de Dios.

El segundo, el convencimiento de que para salir de la crisis de manera satisfactoria es necesario el esfuerzo y la participación de todos, aportando lo mejor de cada uno; convencimiento que no ignora que los graves problemas que ha engendrado la crisis no los puede a solucionar sólo la economía, ya que superarlos va a requerir elevados costes. Ello hace necesario poner en juego la conciencia moral-social y la búsqueda de nuevos modelos de persona y de sociedad; pues en este terreno de los sacrificios casi nadie quiere ceder y aportar el suyo propio. Esta moral no actúa sobre las leyes internas de la economía, pero sí sobre los valores que la orientan. No es lo mismo una economía que responde a un modelo individualista, insolidario, que busca el máximo beneficio individual, que otra guiada por una actitud solidaria en busca del máximo beneficio colectivo, que pone a la persona con sus necesidades por encima del capital. Además, desde un punto de vista moral. los esfuerzos, para ser justos, deberían ser proporcional, pidiendo mayores sacrificios a quienes más tienen

Por eso, es necesaria una llamada a todas las personas, y a los trabajadores en particular, para no dejarse engañar ni seducir por la tentación de creer que si se logra relanzar la economía, quedará arreglado el problema de la crisis y el problema del paro. Dicho de otra manera, a no confiar en que los que tienen poder son los únicos que pueden enderezar la economía, y que esa es la única manera de solucionar nuestro problema y nuestros males. Resulta obvio que si no se supera la crisis económica, no hay perspectiva de solución para el paro. Pero también es cierto que, si se relanza la economía, no por eso y sin más van a ver solucionado su drama los parados; la experiencia nos dice que dentro del sistema económico vigente los sectores más débiles han sido siempre los que han pagado los costes de la salida de la crisis.

El tercero, la necesidad de ubicar la economía, la empresa y la ganancia en su lugar apropiado, como única posibilidad de asegurar un funcionamiento adecuado de la economía. En ese sentido cabe señalar que es un grave error verlas como realidades esencial y principalmente económicas, pues no dejan de ser realidades fruto de conductas humanas libres y, por tanto, moralmente responsables. Además de los aspectos económicos, la empresa y la ganancia tienen su punto de referencia en un contexto antropológico: La centralidad y la totalidad de la persona que es, la primicia de trabajo sobre capital. . La posición central del trabajo significa la posición central del hombre y de la mujer en el lugar del trabajo, es decir, la convicción de que el trabajo se convierte en lo que es, por “quien lo hace” y no por “lo que se hace”.

“El trabajo, por su carácter subjetivo o personal, es superior a cualquier otro factor de producción. Este principio vale, en particular, con respeto al capital”. (Compendio DSI, nº 276, ver también 276-280)

Conviene señalar que los valores morales, como las responsabilidad social, solidaridad, justicia, el sentido del bien común, cuidado al medio ambiente, respeto a los derechos humanos, valoración del capital humano, no son “antieconómicos”, enemigos de la actividad empresarial, sino una ayuda imprescindible para su buen desarrollo. Por el contrario, la amoralidad, o peor aún, la inmoralidad en los asuntos económicos no ayuda a los negocios, al contrario los socava, como bien lo demuestran los escándalos y fallas estamos padeciendo. Lo condenable es la “idolatría del mercado y las ganancias” como anti-religiosas, inhumanas y socialmente insostenibles.

La relación entre trabajo y capital presenta, a menudo, los rasgos del conflicto, que adquiere caracteres nuevos con los cambios en el contexto social y económico. (…) Actualmente, el conflicto presenta aspectos nuevos y, tal vez, más preocupantes: los progresos científicos y tecnológicos y la mundialización de los mercados, de por sí fuente de desarrollo y de progreso, exponen a los trabajadores al riesgo de ser explotados por los engranajes de la economía y por la búsqueda desenfrenada de productividad. (Compendio DSI, 279)

Una de las formas de aprovechar la crisis como oportunidad es la de situar el mercado y las ganancias en su justo término, valorando sus aspectos y funciones positivas. En ese sentido tenemos que afirmar, cómo hace el Compendio en los números citados, que una empresa es antes que nada una “sociedad de personas” y que el objetivo principal de una empresa es garantizar la existencia de esta “sociedad”. También lo es a la hora de adoptar medidas o tomar decisiones. Se suele decir que la única manera de que baje el paro es que los empresarios ganen dinero: ¿qué significa? ¿Que hay que asegurarles pingües beneficios para ver si se deciden a invertir, en unos momentos en los que mucha gente lucha para subsistir? No cabe duda que la empresa tiene que ser rentable económicamente para ser viable. Pero este “incentivo” lógico, ¿tiene que ser necesariamente beneficios económicos muy rentables? ¿No sería suficiente incentivo, garantizando la viabilidad económica, el apoyo solidario a aquellos sectores más débiles?.

Desde estas claves básicas, constatar la gran incapacidad de los dirigentes mundiales para percibir la magnitud de la crisis, y que se manifiesta en su obsesión por paliar los efectos negativos para las grandes empresas financieras y bancarias, en lugar de abordar sus causas (no se penalizan las transacciones financieras especulativas, no se controlan los productos financieros concebidos para dañar a la economía real, no se actúa contra los paraísos fiscales,…).

Hoy todo el mundo reconoce que una causa profunda de la crisis ha sido la búsqueda en la actividad económica y financiera de un beneficio injusto y radicalmente abusivo, que merece una denuncia moral, a la vista de sus consecuencias sociales, una exigencia de responsabilidad a lo principales causantes, y una acción urgente para introducir medidas correctivas:

"Los tratantes, cuyas prácticas usurarias y mercantiles provocan el hambre y la muerte de sus hermanos los hombres, cometen indirectamente un homicidio. Éste les es imputable" (Catecismo de la Iglesia Católica, 2269)

Respecto a las finanzas, no podemos olvidar que una de las dimensiones esenciales de la crisis es la financiera. De los recursos financieros hemos afirmar lo mismo que decimos del capital como factor de producción: en primer lugar, que siempre deben tener una dimensión social y se deben buscar y disponer de ellos, mirando el bien común; además, que su finalidad no es otra que servir a la producción de bienes reales; y que, en definitiva, en el proceso de producción, se deben subordinar, como instrumento que son, al trabajo o "factor humano", que es la causa primera de la producción (Ver Juan Pablo II, Laborem exercens, 12).

Esa falta de lucidez y de voluntad política subyace también en las medidas anunciadas por el Presidente Zapatero el pasado 12 de mayo, fecha que podemos considerar, desde el punto de vista del mundo obrero, como “miércoles negro”.

Por eso frente a las medidas adoptadas, y desde el convencimiento de que aún es tiempo de esperanzas y alternativas, de que es necesaria la participación de todos en la salida a la crisis, señalamos algunos criterios para esa alternativa:

  • Iniciar un proceso de sanación de una democracia gravemente enferma, y que ha de venir desde la solidaridad, la justicia, la libertad y la verdad; particularmente urgente resulta la necesidad de trabajar por lograr una conciencia que la posibilite.
  • Regular y controlar los poderes financieros y económicos. “Cuanto mayores niveles de complejidad organizativa y funcional alcanza el sistema económico-financiero mundial, tanto más prioritaria se presenta la tarea de regular (democráticamente) dichos procesos, orientándolos a la consecución del bien común de la familia humana”. (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 371).
  • La situación de paro y empobrecimiento de amplios sectores está exigiendo, frente a las medidas adoptadas, un empleo lúcido y sensato de los recursos de que se disponen, por ejemplo, mediante la decisión firme de cortar drásticamente el despilfarro, de controlar y replantear los sueldos excesivos del mundo económico, político y social; de limitar significativamente sus viajes, protocolos.
  • Desde un punto de vista ético y democrático es necesario reconocer que el dinero no es del Gobierno, sino de los ciudadanos y, en consecuencia, se ha de distribuir atendiendo, en primer lugar, los derechos más básicos; los derechos “primarios” deben serlo también a la hora de distribuir los recursos.
  • Lograrlo implica avanzar en el control de los presupuestos por parte de los ciudadanos, y no sólo por el Parlamento; control que se fundamente en el hecho de que la voluntad del pueblo es la depositaria de la soberanía nacional y de la que emanan los poderes del Estado (CE, preámbulo y art. 1, 2).
  • La crisis de valores y la carencia de liderazgo moral que se viene observando en todos los niveles del quehacer humano (social, económico, político) está planteando la necesidad de una ética pública y de un “liderazgo moral”, único camino para superar esa creciente falta de confianza y de esperanza en los líderes, las instituciones, …
  • En estos tiempos de globalización resulta inevitable la necesidad de un gran sentido de solidaridad en la convivencia humana; de unidad en la diversidad.

Hay que ser conscientes de que acertar en las soluciones a una crisis grave y compleja no es tarea fácil, pero lo que no se perdonaría es la continuidad, bajo otras formas, de la misma corrupción, la tolerancia y connivencia de los políticos, de los líderes económicos, y la insolidaridad en la vida pública del país.

Reforma laboral, ¡ya!

Yo también comparto que es inaplazable la reforma laboral, y que sería deseable que se realizara de forma de consensuada; pero dada la urgencia, le solicito al Presidente Zapatero que si no se llega a ese acuerdo entre patronal y sindicatos aplique de forma inmediata, mediante decreto-ley las siguientes medidas:

· Coste del despido improcedente. Propongo que pase a tener la conideración de artículo de lujo, y que se eleve la indemnización por este tipo de despido de forma significativa, no inferior a 2 anualidades integras de lo que se considere un salario digno para una familia; tiempo medio en encontrar otro puesto de trabajo. Esta medida se fundamente en que se trata de un despido debido al capricho de los empresarios y, dado que existen más que suficientes formas despido por razones económicas, técnicas, objetivas,...y dada la facilidad con que se aprueban los expedientes de regulación de empleo, así como la existencia de una desproporcionada bolsa de precariedad que facilita la flexibilidad y el ajuste automático. Por tanto, si algún empresario, quiere darse el capricho de privar a un trabajador o trabajadora de su empleo, que tenga el trato de uno de esos artículos de lujo a los que son tan aficionados, (relojes, coches, cuotas en club de golf, ...) y se tenga en cuenta la dignidad del trabajador por encima de cualquier otra consideración.

· Que cualquier infracción o fraude en el pago del salario sea criminalizada de forma similar al top manta, y tenga una condena de prisión proporcional a la que actualmente se está aplicando a los inmigrantes por este delito. Se justifica en que esta medida es una forma de competencia desleal en el mercado de trabajo, al tiempo que un atentado contra la propia actividad económica, dado que reduce la capacidad de supervivencia de las familias obraras, que deben recurrir a los servicios sociales, haciendo que aumente el gasto social y se incremente la deuda pública del estado.

· Establecimiento de un beneficio justo máximo, que garantice la viabilidad de la empresa, pues esta necesita un incentivo para funcionar. Pero una vez garantizada esta viabilidad, el resto de beneficios se destinaran a un fondo de apoyo a los sectores más débiles, a sostener a otras empresas que en un ejercicio concreto no obtengan beneficios, a la constitución de un fondo de inversión en la empresa, para la creación de empleo, para la reducción del tiempo de trabajo, ...

· El fraude en el pago de los impuestos será considerado como un crimen contra la humanidad, dado que al reducir los ingresos del estado hacen que se resientan, en particular, los gastos sociales, como sanidad, educación, política social y, repercuten negativamente en las posibilidades de establecer una ayuda al desarrollo capaz de dar respuesta a los retos establecidos por Naciones Unidas en la lucha contra la pobreza; por tanto, se aplicarán penas máximas de cárcel y trabajos comunitarios con los sectores defraudados.

· Dado que existen casi cinco millones de parados, y casi cuatro más con contrato precario, proponemos un redistribución del trabajo realmente existente entre toda la población, así como de los salarios.

· Proponemos, para financiar de forma adecuada la anterior medida, la reducción drástica de aquellos salarios de directivos que superen en 4 veces el actual salario mínimo interprofesional.

· Proponemos que se doble el salario mínimo interprofesional en el próximo año, dado que 21,11€ al día no permiten vivir dignamente a ninguna familia, ni hacer frente a los derechos básicos reconocidos por la constitución.

· Proponemos que los accidentes debidos a la falta de medidas preventivas suficientes, ya sea en equipos de seguridad o en formación, tengan la misma consideración de un atentado terrorista.

Parecen suficientes medidas para un primer paquete de tramitación urgente; quedan para un segundo paquete las medidas relativas a la organización del trabajo y la participación de los trabajadores y la sociedad en el proceso productivo.

Antes de este segundo paquete resulta especialmente urgente, necesario y ejemplificado abordar otras medidas relativas orientadas a recortar de forma drástica el despilfarro, como por ejemplo mediante el control de los sueldos del mundo económico-financiero, político y social (artistas, deportistas, ...) sus viajes, sus protocolos ... En concreto, reducir su salario a lo necesario para vivir una familia normal, y lo demás para los que perciben menos o nada.

Esta medida, para ser eficaz, debe ir acompañada de otra reforma estructural, que considere y establezca la necesidad del control de los presupuestos por parte de los ciudadanos, y no sólo por el Parlamento (que tan bochornosos espectáculos de compraventa de favores nos ofrece casi todos los años). Reforma orientada a una elaboración y aprobación de los presupuestos anuales del gasto recaudado con los impuestos de forma democrática por todos los ciudadanos, atendiendo a esa verdad objetiva de que el dinero no es del Gobierno, sino de los ciudadanos y, en base a ello, se ha de distribuir priorizando los derechos, de modo que los derechos que “primarios” lo sean también a la hora de distribuir recursos. Parece justo y necesario.

Aún quedarían otras reformas estructurales para sacarnos de la crisis, que sin duda obtendrían un amplio respaldo de la población si se aprueban las reformas anteriores: reformas del sistema financiero, la expropiación de bienes adquiridos de forma ilícita, desde el punto de vista de la justicia social, ....

Sí, señor presidente, yo también comparto la necesidad y urgencia de reforma laboral. Y eso sólo como comienzo.