“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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martes, 24 de marzo de 2015

Las urnas han hablado: números cantan

Juan García Caselles

Eso dice el saber popular. Aunque mi recordado amigo Mariano me decía que aunque metas un libro de aritmética en una jaula, no hay forma de sacarle un trino y eso que lo había probado en numerosas ocasiones. Bueno, pues digamos que las matemáticas no fallan, aunque eso depende quien haga los números, como se ve en lo de interpretar los resultados de las elecciones andaluzas.

El PSOE ha quedado tal cual, aunque con unos cuantos votos menos y con escasas posibilidades de dar un gobierno estable, que, según decía, es lo que pretendía la triunfadora Susana porque los de IU la traían a mal traer. Así que el tiro, triunfalismos aparte, le ha salido por la culata, porque tiene muy crudo lo de pactar, como no sea con el PP, que lo haría de mil amores.

Los otros componente del gobierno saliente, los de IU, han salido malparados, que parece que ese es su sino siempre que pactan con el PSOE, pero que no pueden echarle a nadie las culpas si no es a su cainismo visceral, que hay que ver lo poco que mandan y lo mucho que se pelean, eso sí, todos ellos, como es tradicional en la izquierda española, poseedores de la más absoluta de las verdades, y eso que algunos se proclaman marxistas y partidarios del materialismo dialéctico. Es como si siempre estuviéramos en aquello de estar en la procesión y repicando y, ya de paso, echando el sermón.

Los “ciudadanos” no se pueden quejar, porque le han dado un buen pellizco al PP y se han quitado de en medio a la competencia de la Rosa Díez. Y hasta puede que sean el futuro de la derecha, si es que ésta puede alguna vez desvincularse del fascismo y la extrema derecha supernacionalista.

Los peperos se han ganado a pulso sus resultados porque, de una parte, le han hecho el caldo gordo a Podemos presentándolo como su mayor enemigo, que no era para tanto, como podía darse cuenta cualquiera que tenga la cabeza sobre los hombros, y, por otra, ir a Andalucía, que es la comunidad con mayor número de parados, con el catecismo de que hay que seguir con la misma política económica solo se le ocurre al que asó la manteca en un dedo. Perdió diecisiete escaños.

De estos diecisiete, está claro que nueve han ido a Ciudadanos y los otros ocho han ido a Podemos, que, junto con los siete que le han birlado a la izquierda desunida dan los quince que le han correspondido. De lo que viene a deducirse claramente que

Podemos no es de izquierdas ni de derechas porque una mitad es de un lado y la otra de otro. Ya entendéis. Eso si, ellos verán como se las apañan, porque el lío no es solo ideológico, que eso al fin y al cabo se puede digerir a base de bicarbonato, sino que además es de organización y esto es más grave, que las tortas suelen digerirse malamente. Personalmente, yo espero que cuando se decanten, sea por el rojerío y no por niñerías de interclasismo, que de eso ya tenemos ración y media.

Lo mejor es que, sean cuales sean los pronósticos, a Rajoy ya solo le queda un corte de pelo para terminar la mili.