“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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domingo, 20 de diciembre de 2015

Elecciones generales 2015: reflexiones a bote pronto

La primera impresión que dejan estas elecciones es realmente triste: ha triunfado la connivencia con la corrupción. Desmoralización absoluta. 


El bipartidismo sufre un claro retroceso, pero sigue sumando una parte importante. Si exceptuamos lo grandes núcleos urbanos el bipartidismo sería la norma; y si nos fijamos en la “España profunda” parecen mantenerse  vivas las divisiones de la guerra civil.

La configuración de las cuatro primeras fuerzas, las del bipartidismo y las emergentes, parecen dar lugar a una nueva versión de las dos Españas; renovada, pero  que marca una fractura que el desarrollo democrático desde la transición, y las prácticas políticas seguidas, no parecen haber sido suficiente para propiciarlo.
Foto Tomás Alonso
No sé si estos miedos atávicos estarán en la base de que el drama de los emigrantes y refugiados que están llamando a la puerta de Europa y a la de España, y para los que estas elecciones podría decirse que han sido una gran decepción.

Pienso en los % de jóvenes parados, en las personas desempleadas y sin prestaciones,en los trabajadores con empleo precario... y no veo que estas elecciones les vayan a aportar grandes cambios. Esperemos, al menos, que se rompa esa ley que venimos sufriendo de que la riqueza se reparte entre los ricos, y el paro, la pobreza y la miseria se reparte entre la mayoría de los trabajadores y sectores populares.  

Merece una particular reflexión comparar los votos de las elecciones autonómicas y generales en Catalunya, especialmente en Barcelona, y el distinto comportamiento hacia Ciudadanos y Podemos en una y otra.  También merece resaltar que Podemos haya ganado en nº de votos en Euskadi. Parece que existen políticas no explotadas capaces de respuestas a las necesidades de un estado plurinacional.

Los dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, no suman juntos los votos del PP, a pesar de su importante irrupción numérica, que sin duda está llamada a tener un peso mayor simbólica y renovadoramente.
El efecto Ciudadanos parece haberse disuelto en la medida en que su rostro se ha aproximado más a la derecha que a su pretendida centralidad.

Los resultados de Podemos refuerzan las experiencias de cambio en las alcaldías y comunidades en las que entraron con aire fresco, siendo capaces de superar las críticas y descalificaciones desde muchos puntos del “establishment”. Habrá que ver si se trata de genes nuevos en la política capaz de extenderse por el tejido español, regenerando todos aquellos genes tumorados por la corrupción y el servilismo político a los grandes poderes financieros y económicos.

Otra reflexión que debería realizar una determinada izquierda es su sumisión a las “leyes de pureza”, que recuerdan más las prácticas de los fariseos, pues dan la impresión de que piensan más en su propia coherencia, en su respeto a los pretendidos dogmas y leyes de la izquierda, que a las demandas y necesidades de la gente de a pie.


Como conclusiones, recordar que las elecciones no dejan de tener una importancia relativa. Sería peligroso que se olvidara que lo importante es la participación y el protagonismo de la sociedad civil, de los movimientos sociales… esta es la única posibilidad de avance en la democracia real. Sería sumamente peligroso creer que nuestra salvación depende del poder político. No serán los poderosos quienes resuelvan nuestros problemas. No podemos delegar nuestra responsabilidad en la construcción del bien común para todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país, pero también del mundo.

Seguro que no son ni todos ni los más importantes temas, pero son los que afloran primariamente. 

viernes, 20 de noviembre de 2015

El negocio de los bombardeos

Si también tú reconocieras hoy lo que conduce a la paz. Pero eso ahora está oculto a tus ojos. (Lc 19, 42
Dicen que para acabar con el ISIS, o el Daesh, o el Estado Islámico, que ni siquiera se ponen de acuerdo con su nombre, van a acabar con sus fuentes de financiación. Y digo yo que podría habérseles ocurrido antes, a no ser que tuvieran sus razones para no hacerlo, por lo que sospecho, solo sospecho, que en su fundación, como ocurrió con los talibanes o Al Qaeda, así por poner algún caso, anduvieron las habilidosas aunque sucias manos de algunos servicios secretos de cuyo nombre no quiero acordarme.



Dicen que van a cortar las ventas de petróleo en el mercado negro. Es verdad que el crudo es bastante negro, pero se me ocurre que eso de comprar petróleo no es negocio que le vaya a la gente de mal vivir, o sea, a los delicuentillos que suele pescar la policía, porque dadas las cantidades que se manejan y la necesidad de contar con grandes estructuras para almacenarlo o transformarlo, como no sean grandes empresas, no se ve quien puede hacerlo. Tampoco parece que los compradores sean estados, ni siquiera los llamados del eje del mal, como Corea del Norte o Irán, y ni siquiera Venezuela, porque si lo hicieran ya veríais los grandes titulares en la prensa del sistema, o sea, en casi toda la prensa mundial, sobre el estraperlo del petróleo. Así que la cosa es clara, basta con echarle una ojeada a las petroleras.

Únese a esto lo de controlar los donativos y transferencias monetarias, que, por cierto, no se transportan en camello a través del desierto, sino a través de operaciones bancarias, por lo que es cosa fácil de comprobar. Es verdad que son muchos más los bancos que las petroleras, pero los bancos centrales son menos y puestos a la faena, no parece cosa difícil...

Añadamos a lo anterior la cosa de la compra de armas, que aquí son muchas menos las empresas que las hacen y alguien debe saber como van dar los kalasnikof a manos de los Isis o de los terroristas de París, como, por ejemplo, Putin. Se mira la serie y el número del arma (si no lo han borrado) y se sabe quien lo compró y, a partir de ahí, quien se lo facilita a los energúmenos de París.

Eso sí, si os fijáis un poquillo, veréis que la existencia y subsistencia del EI, o como se llame, depende de unas cuantas multinacionales. Pero como lo del negocio y el hacer dinero es cosa buena y honrada, nadie se atreve a meterse con ellos.

Porque si lo hicieran, no solo se acabaría el negocio del petróleo de estraperlo, sino también el de algunas bancos y el de algunas fábricas de armas, y eso sin contar con el negociazo de los bombardeos, que hay que ver qué contentos se han puesto los fabricantes de armas con la solución de Hollande y compañía de arreglar el asunto matando a bombazos a más sirios, y por eso han subido en la bolsa sus acciones como la espuma.

Pero, ¡ay!, es que si algún político se atreve a meterse con tan prominentes señores, aparte de ser evidentemente un antisistema y un sospechoso bicho de izquierdas, tiene menos posibilidades de hacer carrera y seguir en el poder que las que tengo yo de que me elijan Patriarca de Constantinopla.

Juan García Caselles

lunes, 28 de septiembre de 2015

Volver a la tribu, en pleno siglo XXI


Siguiendo la noche electoral me sorprende la similitud entre quienes defendiendo el independentismo decían haber ganado las elecciones (Junts pel Si), y quienes defendiendo la permanencia (Ciudadanos) se consideraban los triunfadores en mantener la unidad de la nación.

Y ambos lo hacían ondeando banderas rojas y amarillas, don distinto número de barras, y coreando los unos su independentismo, los otros su nacionalismo (soy español, español…). La identidad tribal como factor diferenciador y definidor o, como diría la sabiduría popular, los mismos perros con distintos collares.
Y todo ello en un contexto dónde millones de emigrantes y refugiados están llamando a unas puertas que cerramos a cal y canto; y que a penas abrimos para pequeños gestos estéticos. Resulta grotesco e inmoral ese ondear de banderas a orillas de un Mediterráneo convertido en un mar de muerte.

Flamear de banderas en el marco de una globalización económica y mercantil y que ha hecho que la globalización de la solidaridad sea uno de los primeros grandes retos de la humanidad para sobrevivir.
Espectáculo burlesco y lleno de contradicciones pues no solo pierde de vista la dinámica global de la sociedad y que nos ha conducido a un momento de auténtica ruptura económica, política y cultural… amenazas que se ven agravadas por el hecho de que la vida de cada habitante del planeta está ligada a decisiones tomadas fuera de su país y sobre las que apenas tiene influencia. Una globalización, pues, que plantea la exigencia ineludible de construir el hombre y la mujer mundial, universal.

Frente a ello, asistimos a una ceguera e inmediatismo que se manifiesta en unas y otras banderas: los unos, convertidos en amalgama ideológica, incapaces de poder encontrar respuestas a los problemas concretos e inmediatos; los otros, queriendo lograr la cuadratura del círculo: liberalismo económico feroz y agresivo y rostro social, que no oculta sus tintes xenófobos, como ocurre con todo nacionalismo, sea del signo que sea.
Banderas que, más allá de trasnochadas etiquetas ideológicas, rinden culto a la gran idolatría de la globalización de los mercados y que pone de manifiesto algunas contradicciones que tendremos que superar para avanzar en ese otro mundo posible:
  • el egoísmo contra la solidaridad
  • del individualismo contra la colectividad
  • del mercado contra el estado
  • del sector privado contra los servicios públicos


Y, ciertamente, hay muchos ciudadanos y ciudadanas que piensan que otro mundo es posible, fundamentado en una economía más solidaria, en una nueva visión del trabajo humano, en un desarrollo más sostenible… que sitúen a la persona, y no las banderas o las ideas, en el centro. Otro mundo que reclama una nueva generación de derechos, nacionales e individuales que interesaban a la burguesía capitalista, sino derechos colectivos y universales: derecho a la paz, a una naturaleza preservada, derecho a la ciudadanía, a una información “no contaminada”… que sólo pueden lograrse eliminando barreras y fronteras, difícilmente estableciendo nuevos límites y divisiones .

Trato de buscar explicaciones para el comportamiento de ese gran número de catalanes que colocaron la bandera por delante de la solidaridad requerida, y tan solo encuentro una razón: la psicología de masas, aquella que aparece detrás de los más nefastos acontecimientos históricos, y que convierte a las personas en analfabetas emocionales. Una situación que llevó a un  colapso moral, que hizo que la población no se hiciera responsable de las consecuencias de sus decisiones, de su banalidad, de su indiferencia.

Banderas, ideologías, idolatrías… la verdadera cuestión moral es qué responsabilidad tenemos en que determinadas estructuras perduren y qué podemos hacer para sustituirlas por otras.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Crisis de los refugiados en la UE: de aquellos polvos, estos lodos.

Asistimos aterrorizados a las escenas en las fronteras de algunos países europeos, donde los refugiados son detenidos, golpeados, maltratados… todo por huir de una guerra que nuestros países han provocado por razones geoestratégicas, para defender el bienestar de occidente.

Las imágenes que ofrecen los medios de comunicación evocan el modelo de persona predominante en el occidente capitalista: un ser sin conciencia y sin escrúpulos, una piltrafa humana, cuyo único móvil es el económico.

Esto es lo que queda de la Europa que presumía de defensora de los las libertades y los derechos. Objetivos éticos a los que Europa ha renunciado en el proceso de construcción europeo, reducido a un mero trámite para construir la Europa de los mercados y los mercaderes,  al tiempo que se enterraba cualquier vestigio de humanismo del que tanto presumía.

Europa se ha vendido a sus socios, especialmente a los últimos, los procedentes de los antiguos países del bloque comunista, meramente en clave económica; más crecimiento, más riqueza, más bienestar individual… Y esta mezcla de mercantilismo e individualismo está en la base de la actuación de unos gobiernos, y de unos ciudadanos, que se oponen a los refugiados: se tiene miedo de que perdamos esa identidad mercantil europea; quieren islamizarnos, dicen; o quieren quitarnos nuestro bienestar: no hay trabajo para todas las personas; las ayudas para los nacionales…

Europa, sumida en la miseria moral del capitalismo, que ha alcanzado el alma de los ciudadanos, nos va convirtiendo en fieles servidores del dios dinero.

Estas imágenes evocan el Éxodo, cuando pone en boca de Dios: yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de (Europa) Egipto mis señales y mis maravillas (Ex 7, 4). Frase dura, pero que nos señala como en la pedagogía de la liberación el poder siempre reacciona ejerciendo la violencia y promoviendo el miedo cuando el pueblo reivindica mejorar sus condiciones de vida; pero en este recurso a la violencia empieza a demolerse la fortaleza de los imperios; ya que desenmascara su verdadero rostro y posibilita que cada vez más ciudadanos se unan al proceso liberador.


Hoy asistimos al endurecimiento de los corazones de los faraones europeos, los nacionales y los que rigen la propia Europa; en clave bíblica, se está endureciendo su corazón, porque ya no tiene argumentos; ahora es el tiempo de la gente decente, de la gente que se conmueve con el dolor y el sufrimiento de los migrantes y refugiados… Es el tiempo que Dios convoca a su pueblo para salir de la esclavitud del mercado, y recuperar la dignidad de la persona, de todas y cada una de las personas. 

domingo, 13 de septiembre de 2015

Elecciones catalanas, olor rancio a vieja política

Junto al drama de los refugiados y migrantes la realidad viene marcada por las elecciones catalanas, convertidas en plebiscitarias acerca de su posible independencia del estado español. Pero no hay color; la realidad de los inmigrantes indigna y mueve a la compasión (pasión-con) y la solidaridad. Por el contrario, ese olor de las elecciones catalanas me produce nauseas.


Me asquean los procesos electorales (y preelectorales), porque lejos de ofrecerse razones y argumentos, se abusa de argumentarios ideológicos que enmascaran y desvirtúan la realidad; y no sólo por los líderes políticos, sino sobre todo por los medios de comunicación que presumen de independientes. Al final, mentiras sobre mentiras que tratan de embaucar a los ciudadanos,

En el caso de las elecciones en Catalunya me sienta especialmente mal que se desvirtué el sentido de la democracia y de la utopía: presentar el nacionalismo (sea español, sea catalán) como la panacea para solucionar los problemas; proclamas defendidas, para más inri, por quienes han pisoteado la democracia hasta convertirla en moribunda: corrupción, recortes de derechos y libertades; involución en los derechos sociales… Los nacionalismos no son ninguna solución; son la coartada para seguir reproduciendo democracias de baja intensidad, cuando no políticas totalitarias.

Entiendo que la solución a los problemas pasa por aumentar la autogestión y el autogobierno desde abajo, promoviendo cultura y conciencia crítica y alternativa, conquistando espacios de libertad… Por eso me duele ver a tantas personas comprometidas en la lucha por la libertad, embarcadas en la vieja aventura burguesa del estado nación (catalán o español) y hacerlo de la mano de las principales fuerzas afectadas por la corrupción en nuestro país, y en el marco de un complejo proceso de globalización mundialización.

No quiero negar que frente a esa globalización, la defensa de las identidades (no sólo las nacionales) se convierte en un objetivo de primer orden; pero en un objetivo que sólo puede alcanzarse en el marco de un nuevo escenario político, que requiere de la imaginación, pero que sus líneas básicas pasan por reinventar las formas de convivencia; por una nueva política dónde el peso y la fuerza no esté en los estados sino en los ciudadanos.

La referencia inicial a los refugiados e inmigrantes viene bien para explicar la diferencia entre la vieja y la nueva política: las viejas políticas nacionalistas buscan establecer fronteras diferenciadoras y excluyentes, la realidad de los nuevos nómadas acaba siendo vista con recelos y, convirtiéndolos en nuevos chivos expiatorios.

Espero, fervientemente, que la nueva política sea capaz de abrirse paso entre el ondear de tanta bandera de trapo que oculta el dolor y el sufrimiento de tantas personas, que son los “otros”, los extranjeros, con los que no nos queremos relacionar. Una nueva política que no sea reproducir a escala, más chica o más grande, una democracia limitada que sirva de protección a los intereses m industriales, mercantiles o financieros de los grandes poderes de este mundo; una verdadera democracia participativa, en la que el sujeto seamos los ciudadanos.
Estoy convencido que el camino no es independencia si o independencia no; que es un debate que le gusta a las burguesías, pues en él encuentra aliados que van supeditando sus reivindicaciones transformadoras a un ideal que les aliena y subyuga.


El reto hoy no es dividir, sino unir; construir un hogar universal que respete las diferencias; pero las palancas del cambio hay que buscarlas en otros lugares y en otras formas de hacer política. El cambio se construye de abajo hacia arriba; y cualquier intento de trasformar la realidad desde arriba, es una nueva forma de prolongar la dominación ideológica, la opresión política y la explotación económica, en el fondo, verdaderos objetivos de las democracias representativas. 

domingo, 2 de agosto de 2015

¿Una profecía del siglo XVI?

Transcribo un breve texto de Fray Luis de Granada y que, leído y meditado a la luz de los acontecimientos actuales, puede parecer una profecía escrita ex-profeso para nuestros días.

Pues, conforme a esta consideración, sube tu agora, hermano, a este mesmo monte y extiende un poco los ojos por las plazas, por los palacios, por las audiencias y por las oficinas del mundo, y verás ahí tantas maneras de pecados, tantas mentiras, tantas calumnias, tantos engaños, tantos perjurios, tantos robos, tantas invidias, tantas lisonjas, tanta vanidad y, sobre todo, tanto olvido de Dios y tanto menosprecio de la propia salud, que no podrás dejar de maravillarte y quedar atónito al ver tanto mal. Verás la mayor parte de los hombres vivir como bestias brutas, siguiendo el ímpetu de sus pasiones, sin tener cuenta con ley de justicia ni de razón más que la tendrían unos gentiles, que ningún conoscimiento tienen de Dios, ni piensan que hay más que nacer y morir. Verás maltratados los inocentes, perdonados los culpados, menos preciados los buenos, honrados los culpados, menospreciados los buenos, honrados y sublimados los malos; verás los pobres y humildes abatidos, y poder más en todos los negocios el favor que la virtud. Verás vendidas las leyes, despreciada la verdad, perdida la vergüenza, estragadas las artes, adulterados los oficios y corrompidos en muy gran parte los Estados. Verás a muchos perversos y merecedores de grandes castigos, los cuales, con hurtos, con engaños y con otras malas maneras, vinieron a tener grandes riquezas, y a ser alabados y temidos de todos. Y verás, así a éstos como a otros, que apenas tienen más que la figura de hombres, puestos en grandes oficios y dignidades. Y, finalmente, verás, en el mundo, amado y adorado el dinero más que Dios, y muy gran parte de las leyes divinas y humanas, corrompidas por él; y en muchos lugares no queda ya de la justicia más que sólo el nombre della.


Fray Luis de Granada. Guía de Pecadores

miércoles, 20 de mayo de 2015

Miserias éticas en el basurero electoral

Produce una profunda tristeza observar la vileza moral de nuestros políticos, en especial de los del PP, cuando ven que pueden perder parte del poder que ha acumulado en base a la mentira y la corrupción.

La batalla por el ayuntamiento de Madrid se ha convertido en símbolo de esta miseria: la candidata del PP, que no ha dado explicaciones de su acceso a la comunidad de Madrid después de un escandaloso caso de compra de votos, con un trasfondo de turbios negocios inmobiliarios, digno de las mejoras tramas de la camorra; tampoco de la corrupción que está salpicando a sus colaboradores más cercanos, ni los contratos del gobierno de la comisión con hedor a podrido…

Y revestida de este largo traje de podredumbre, se permite descalificar a la candidata de ahora Madrid, primero recurriendo a la estrategia clásica del PP para justificar la corrupción: que salpica a todos, que todos son iguales… Comportamientos que dejan al descubierto la catadura moral de este tipo de personajes, que hace tanto tiempo que vendieron su alma al dios del dinero y del poder, que no les queda rastro de conciencia ni de vergüenza. Esa es la vieja política y la casta que, ciertamente, no afecta sólo al PP, pero sin duda es este partido el que está en las clampions league de la descomposición democrática del país.

Pero no sólo es sepulcro blanqueado de la corrupción. También presume de espíritu democrático, después de haber visto como desde su puesto de presidenta del PP madrileño impone candidatos en ayuntamientos, en una trama de clientelismo político que apunta a la perpetuación de los hilos de la corrupción y de financiación ilegal.

Para poner la guinda sobre tanta putrefacción, trata de arañar votos recurriendo al terrorismo, sin importarle la mentira y la descalificación sin fundamento, No se trata de una lid de ideas, algunos están convirtiendo la campaña política en un estercolero, que es el único medio en que parecen saber moverse, aunque presuman de títulos nobiliarios,
Pero Esperanza Aguirre es el paradigma del PP; no se diferencia mucho de Aznar, Rajoy u otros líderes y de sus tramas de financiación, de la utilización de la contratación pública para su beneficio, personal o de partido…


Pero con todo lo que me repongan este tipo d prácticas políticas, hay algo que me duele todavía más: el que millones de españoles y españolas estén dispuestos a darles su voto y permitirles que sigan con estas prácticas; que rían sus descalificaciones y gracias. Junto a ese dolor, la visión de una sociedad en descomposición. No obstante, no pierdo la esperanza; pienso que son los dolores de parto para que emerja una sociedad nueva y distinta; veo en tanto dolor los últimos coletazos de un monstruo que parece agonizar, aunque sigue provocando víctimas.


En fin, un desahogo mental ante tanta basura electoral, tanta mentira, tantas actitudes de lo que no es ni debe ser la política. Cierto, también va entrando aire fresco y se respiran ráfagas de otros vientos más sanos, pero de momento no son capaces de arrastras tanta contaminación acumulada que sigue asfixiándonos, con la bendición de muchos de nuestros conciudadanos. 
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martes, 24 de marzo de 2015

Las urnas han hablado: números cantan

Juan García Caselles

Eso dice el saber popular. Aunque mi recordado amigo Mariano me decía que aunque metas un libro de aritmética en una jaula, no hay forma de sacarle un trino y eso que lo había probado en numerosas ocasiones. Bueno, pues digamos que las matemáticas no fallan, aunque eso depende quien haga los números, como se ve en lo de interpretar los resultados de las elecciones andaluzas.

El PSOE ha quedado tal cual, aunque con unos cuantos votos menos y con escasas posibilidades de dar un gobierno estable, que, según decía, es lo que pretendía la triunfadora Susana porque los de IU la traían a mal traer. Así que el tiro, triunfalismos aparte, le ha salido por la culata, porque tiene muy crudo lo de pactar, como no sea con el PP, que lo haría de mil amores.

Los otros componente del gobierno saliente, los de IU, han salido malparados, que parece que ese es su sino siempre que pactan con el PSOE, pero que no pueden echarle a nadie las culpas si no es a su cainismo visceral, que hay que ver lo poco que mandan y lo mucho que se pelean, eso sí, todos ellos, como es tradicional en la izquierda española, poseedores de la más absoluta de las verdades, y eso que algunos se proclaman marxistas y partidarios del materialismo dialéctico. Es como si siempre estuviéramos en aquello de estar en la procesión y repicando y, ya de paso, echando el sermón.

Los “ciudadanos” no se pueden quejar, porque le han dado un buen pellizco al PP y se han quitado de en medio a la competencia de la Rosa Díez. Y hasta puede que sean el futuro de la derecha, si es que ésta puede alguna vez desvincularse del fascismo y la extrema derecha supernacionalista.

Los peperos se han ganado a pulso sus resultados porque, de una parte, le han hecho el caldo gordo a Podemos presentándolo como su mayor enemigo, que no era para tanto, como podía darse cuenta cualquiera que tenga la cabeza sobre los hombros, y, por otra, ir a Andalucía, que es la comunidad con mayor número de parados, con el catecismo de que hay que seguir con la misma política económica solo se le ocurre al que asó la manteca en un dedo. Perdió diecisiete escaños.

De estos diecisiete, está claro que nueve han ido a Ciudadanos y los otros ocho han ido a Podemos, que, junto con los siete que le han birlado a la izquierda desunida dan los quince que le han correspondido. De lo que viene a deducirse claramente que

Podemos no es de izquierdas ni de derechas porque una mitad es de un lado y la otra de otro. Ya entendéis. Eso si, ellos verán como se las apañan, porque el lío no es solo ideológico, que eso al fin y al cabo se puede digerir a base de bicarbonato, sino que además es de organización y esto es más grave, que las tortas suelen digerirse malamente. Personalmente, yo espero que cuando se decanten, sea por el rojerío y no por niñerías de interclasismo, que de eso ya tenemos ración y media.

Lo mejor es que, sean cuales sean los pronósticos, a Rajoy ya solo le queda un corte de pelo para terminar la mili.

martes, 27 de enero de 2015

La política no es lo mismo que “el sermón de la montaña” (M. Rajoy)

Las palabras de Rajoy "algunos confunden la política con el sermón de la montaña" me sacaron del sopor de los discursos triunfalistas exhibidos en la convención del PP, cual pendones con los que se quiere amedrentar al adversario.
De repente, Mariano Rajoy, líder del PP, partido que presume de raíces cristianas, Abjura de su religión. Al menos de uno de sus símbolos más emblemático, el sermón de la montaña, defendido como muchos como programa de acción del cristianismo, junto con el mandamiento de amor.
No entiendo. No sé si se trata de una declaración fruto de la mala conciencia por la corrupción en su partido (los sobre que según Bárcenas el Sr. Álvaro Lapuerta le entregaba en su despacho o le llevaba al ministerio –al parecer en cajas de puros, imagino que insulares y no habanos-).
Pero no me parecía consistente. Luego pensé que podía tratarse de un ataque de sinceridad, después de los discursos pro Syriza en vísperas, durante y pos la elecciones griegas. La política no se hace para dar satisfacción a las necesidades de los pobres, que no entienden ni saben de esas cosas. La política hay que hacerla como dios manda, esto es, obedeciendo a la troika, a la Merkel, a los poderosos de turno que son los que dan pedigrí y te abren puertas cara al futuro….


Aún me vino a la mente otra idea: después de su presencia en la maxi manifestación francesa se ha contagiado de las palabras de la ministra de Justicia de Francia, Christiane Taubira,  que frente al féretro de uno de los caricaturistas de Charlie Hebdo espetó: "En Francia, el país de Voltaire y de la irreverencia, tenemos el derecho de burlarnos de todas las religiones", y tal vez a Mariano le parecieran progres e inteligentes
No sé, pudiera ser que sólo se tratara de uno de esos ataques de sinceridad de un gallego que, en un momento concreto no sabe si sube o si baja, pero finalmente me incliné a pensar que dedicaba unas flores a Cartitas. Mira tú, con la de ministros que tengo vinculados al Opus, católicos de comunión diaria, tienen que venir los de Cáritas a amargarme el discurso del crecimiento y la recuperación. Que coño sabrán ellos de lo que hay que hacer en el Consejo de Seguridad de la ONU, o en las reuniones del Consejo de Europa… y, en vez de dar limosna y callarse, que es lo suyo, se dedican a joderme el discurso.

En fin, el sabrá, si lo sabe, si fue intencionado o simplemente un lapsus línguae, lo que queda al descubierto, sea cual fuere la causa de su afirmación, es una inmoralidad manifiesta que avergüenza a cualquier persona que se precie, a no ser que sea cierto eso de que cada pueblo tiene a los gobernantes que se merece, cosa que de momento no me creo.