“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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martes, 16 de febrero de 2010

CEGUERA ESTRCUTURAL


El discurso oficial de los poderes económicos y políticos sigue confundiendo sus deseos con la realidad, en particular respecto a la crisis y a sus consecuencias: Una ceguera que se ha manifestado, y se sigue manifestando:
  • En la incapacidad para percibir lo que se nos venía encima, de la mano de ese postulado del capitalismo salvaje: ¡el mercado es la solución! Una obcecación que, unida a la falta de memoria histórica sobre ese “molinillo del diablo” del que hablo Kart Polanyi en su obra “La Gran Transformación. Crítica del liberalismo económico” en que se convierte el mercado capitalista cuando actúa movido por su lógica, sin los contrapesos de un estado redistribuidor preocupado por el bien común, y de unos organizaciones obreras que defiendan la dignidad de los trabajadores.
  • En el diagnostico y en el tratamiento aplicado al paciente. Más allá de las alarmas de los primeros días, en que la crisis fue vista como una nueva peste negra, que iba a acabar con un capitalismo convaleciente, se determinó que se trataba de un sarampión, bastando viejos remedios caseros para aliviarlo, y no rascar demasiado las pústulas cada vez más visibles. Remedios caseros nacidos de los fogones de las mismas instituciones que habían ordenado retirar los paños calientes, las barreras profilácticas, etc. que habían mantenido al paciente con un buen aspecto, y que parecieron tener efectos milagrosos con la aparición de brotes que hacían pensar en un rejuvenecimiento del capitalismo, con espectaculares tasas de crecimiento, que hicieron despertar la euforia,… Pero la recaída no tardó, y las consecuencias las venimos padeciendo, aunque algunos órganos parezcan no querer enterarse.
  • Ceguera, finalmente, en las medidas preventivas. Siguen sin tomarse y, por tanto, se sigue alimentando una enfermedad que avanza imparable. Las medidas (ayudas, estímulos, …) alargan artificialmente la vida del paciente que con gran parte de sus órganos y tejidos afectados por una metástasis que parece irreversible: las democracias representativas y los gobiernos que las manejan, los emporios y entramados financieros y empresariales, grades beneficiarios del sistema y de la crisis, opuestos a cualquier alternativa; pero también las organizaciones de los trabajadores, las organizaciones ciudadanas y populares aparecen a menudo contagiadas.

Recuperar la capacidad de ver es una condición previa para salir de la crisis. Además se requiere un proceso de sanación, que ha de venir de la inoculación de genes sanos en la economía y las finanzas, en la vida política, en las organizaciones sociales y populares,….

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