“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

Páginas

jueves, 11 de febrero de 2010

LA MIRADA PROFUNDA

La mirada profunda es aquella que no sólo mira, sino que observa y consigue ver que hay detrás de aquellas cosas, situaciones, personas, problemáticas, que tanto le llaman la atención. Es una mirada que se afana en descubrir lo que a simple vista se le escapa, es por ello que es una mirada inquieta, inconformista, muchas veces impertinente, y demasiadas veces peca de idealista; es a su vez una mirada soñadora y sobretodo es una mirada de esperanza.
En múltiples ocasiones esa mirada consigue un feedbak doloroso; el entorno le devuelve la visión de las injusticias y el sufrimiento ajeno, pero necesariamente, cuando uno utiliza la mirada profunda tiene que asumir lo que ve, y no quedarse solamente mirando, como espectador, la escena de la vida ajena, sino participar de ella, comprometerse con ella, y tener una clara predisposición de ayuda. Es una mirada que utiliza la empatía para expresarse, porque la empatía es el requisito indispensable a la hora de ofrecer ayuda. La mirada profunda huye de lo obvio, para colarse de puntillas en las otras dimensiones de lo que observa.
Es una mirada que se maravilla con facilidad; pero ante todo es una mirada que pertenece a un cuerpo, porque tras la mirada profunda van los brazos acogedores, la mano que agarra, las piernas que no dejan de avanzar, la boca que denuncia y los oídos que saben la diferencia existente entre el verbo oír y el verbo escuchar.
Reflexión que tomo prestada del blog http://exodo-lallamadadeldesierto.blogspot.com/2009/05/relatos-de-la-mirada-profunda-i.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario