“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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domingo, 20 de diciembre de 2015

Elecciones generales 2015: reflexiones a bote pronto

La primera impresión que dejan estas elecciones es realmente triste: ha triunfado la connivencia con la corrupción. Desmoralización absoluta. 


El bipartidismo sufre un claro retroceso, pero sigue sumando una parte importante. Si exceptuamos lo grandes núcleos urbanos el bipartidismo sería la norma; y si nos fijamos en la “España profunda” parecen mantenerse  vivas las divisiones de la guerra civil.

La configuración de las cuatro primeras fuerzas, las del bipartidismo y las emergentes, parecen dar lugar a una nueva versión de las dos Españas; renovada, pero  que marca una fractura que el desarrollo democrático desde la transición, y las prácticas políticas seguidas, no parecen haber sido suficiente para propiciarlo.
Foto Tomás Alonso
No sé si estos miedos atávicos estarán en la base de que el drama de los emigrantes y refugiados que están llamando a la puerta de Europa y a la de España, y para los que estas elecciones podría decirse que han sido una gran decepción.

Pienso en los % de jóvenes parados, en las personas desempleadas y sin prestaciones,en los trabajadores con empleo precario... y no veo que estas elecciones les vayan a aportar grandes cambios. Esperemos, al menos, que se rompa esa ley que venimos sufriendo de que la riqueza se reparte entre los ricos, y el paro, la pobreza y la miseria se reparte entre la mayoría de los trabajadores y sectores populares.  

Merece una particular reflexión comparar los votos de las elecciones autonómicas y generales en Catalunya, especialmente en Barcelona, y el distinto comportamiento hacia Ciudadanos y Podemos en una y otra.  También merece resaltar que Podemos haya ganado en nº de votos en Euskadi. Parece que existen políticas no explotadas capaces de respuestas a las necesidades de un estado plurinacional.

Los dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, no suman juntos los votos del PP, a pesar de su importante irrupción numérica, que sin duda está llamada a tener un peso mayor simbólica y renovadoramente.
El efecto Ciudadanos parece haberse disuelto en la medida en que su rostro se ha aproximado más a la derecha que a su pretendida centralidad.

Los resultados de Podemos refuerzan las experiencias de cambio en las alcaldías y comunidades en las que entraron con aire fresco, siendo capaces de superar las críticas y descalificaciones desde muchos puntos del “establishment”. Habrá que ver si se trata de genes nuevos en la política capaz de extenderse por el tejido español, regenerando todos aquellos genes tumorados por la corrupción y el servilismo político a los grandes poderes financieros y económicos.

Otra reflexión que debería realizar una determinada izquierda es su sumisión a las “leyes de pureza”, que recuerdan más las prácticas de los fariseos, pues dan la impresión de que piensan más en su propia coherencia, en su respeto a los pretendidos dogmas y leyes de la izquierda, que a las demandas y necesidades de la gente de a pie.


Como conclusiones, recordar que las elecciones no dejan de tener una importancia relativa. Sería peligroso que se olvidara que lo importante es la participación y el protagonismo de la sociedad civil, de los movimientos sociales… esta es la única posibilidad de avance en la democracia real. Sería sumamente peligroso creer que nuestra salvación depende del poder político. No serán los poderosos quienes resuelvan nuestros problemas. No podemos delegar nuestra responsabilidad en la construcción del bien común para todos y cada uno de los ciudadanos de nuestro país, pero también del mundo.

Seguro que no son ni todos ni los más importantes temas, pero son los que afloran primariamente.