Tres términos que definen lo que ha sido y está siendo la
política del PP en esta legislatura.
Troleros: por que el gobierno del PP accede al gobierno
mintiendo descaradamente acerca de sus propósitos y de las políticas a aplicar,
haciendo realidad ese principio de que “en campaña todo vale” si sirve para conseguir
el poder. Comportamiento que anunciaba ya una catadura moral que es la que
estamos viendo cómo se desarrolla día a día, y que tanto dolor y sufrimiento
está provocando en el pueblo español.
Tahúres. Porque la política que está desarrollando está siendo
fullera, tramposa y ventajista.
Acusan permanentemente al gobierno anterior para justificar sus medidas; no han
cumplido nada de lo prometido, pero lo venden como que no han tenido otro
remedio, que es lo único posible; manipulan sistemáticamente el lenguaje para
negar la realidad de las barbaries que están cometiendo con los recortes en educación,
sanidad, servicios sociales. La misma actitud que mantienen cuando tienen que
dar cuenta de su relación con los imputados por corrupción: los Bárcenas,
Sepúlvedas y ese largo etcétera… que primero nos mienten diciendo que ya no
están en el partido, que no mantienen relación alguna…; luego nos enteramos que
siguen contratados por el partido, recibiendo importantes emolumentos sin saber
a qué responden (asesorías, ese vago término que sirve para camuflar
enchufismos…); luego nos dicen que no se pueden despedir porque son
funcionarios del partido, luego se desmienten así mismos y dicen que no era un
salario sino una “indemnización que se pactó fue en diferido y como fue una
indemnización en diferido, en forma efectivamente de simulación..., de
simulación o de lo que hubiera sido en partes de una... de lo que antes era una
retribución...”. Y aquí no pasa nada, la falta de catadura moral impregna todo
(por no hablar de Ana Mato, y sus increíbles explicaciones de su relación con
la trama Gurtel; o Fátima Bañez y sus permanentes insultos a la dignidad de los
trabajadores; o el ministro de justicia; o las conexiones de varios ministros
con importantes grupos de poder económico, con lo cual son los propios
ministros lobbies dentro del gobierno…)
Trileros. Pero no son sólo fullerías, sus actuaciones son
tramposas y estafadoras, como el querer manejar las cifras del déficit público,
y que las autoridades europeas han tenido que desmentir (primero el hecho de
que habían manipulado la realidad para intentar cuadrar sus cuentas –y así
evitar una mentira más-, y luego tienen que aclarar que ese engaño no se debe a
un cambio de criterio en Europa, sino a la acción manipuladora del gobierno.
Pero más grave aún es la actitud del PP con la corrupción, y el uso de todos
los recursos del poder para protegerse: ahí está el PP como acusación
particular en un caso (el de Bárcenas, Gurtel…) en el que ya claramente se ha
establecido que existen indicios fundamentados de financiación ilegal del PP; cuando
no se han dado explicaciones suficientemente claras de las implicaciones que
revelaban los papeles de Bárcenas..
Pero ahí estamos, quietos en la mata, escandalizados por que
los miembros de la PAH o los estafados por las preferentes quieran presionar a
los políticos para que sus problemas no se pierdan en la agenda política; pensando
que esto es una pesadilla que se va a pasar; esperando que no se sabe quien
venga a salvarnos, eso sin, sin mojarnos ni significarnos, por si acaso. Al
final va a resultar verdad eso de que cada pueblo tiene a los gobernantes que
se merece.