El Gran Jefe del Gobierno y sus amos de Bruselas nos envían todos los días palabras de amistad y buena voluntad. “Tranquilos, nos dicen…. Estamos haciendo, lo que hay que hacer”La librería la Pantera Rossa celebra su segundo aniversario[1], y junto a diferentes actos nos ofrece un texto, a partir de una (supuesta) hermosa carta de Toro Sentado al Presidente de los Estados Unidos, que se ha convertido en uno de los orígenes del ecologismo.
Sin embargo, sabemos que –en el fondo- su objetivo último es comprar nuestras vidas y apoderarse de nuestra dignidad.
Hemos de confesar, que esa idea nos parece extraña a todos y todas los que conformamos las diferentes mareas, plurales, de todos los colores, que creemos en la fuerza y la magia de la diversidad…
¿Se puede comprar o vender el cielo, el calor de la tierra o el centelleo del agua que corre por los ríos? El Gran Jefe dice que comprendamos que la prioridad es cumplir con el déficit, que estamos en un momento difícil y hay que actuar con "responsabilidad".
El Gran Jefe manda decir que nos prepara un lugar para que podamos vivir cómodamente, pero… Nosotros vemos que trata a su madre, la tierra y a sus hijas, nuestras tribus…, como enemigos que comprar, saquear y vender. Desmantelan el Estado del Bienestar que nos hace iguales en dignidad, apuesta por una educación elitista, para los excelentes… y privatiza la sanidad, que habla –como un termómetro privilegiado- del mimo y el cuidado al que menos puede, sin ningún tipo de pudor.
Estamos seguros que su insaciable apetito acabará devorando la tierra y dejará tras de si sólo desierto y tierra quemada. Fracturas, dolor, indignación… pero también rebeldía, de la que seguirán naciendo día a día flores preciosas de dignidad…
Nuestra manera de soñar es diferente a la suya.
La vista de esas ciudades extensivas, consumistas, sin plazas públicas, ni niños y niñas jugando que imaginan… de esos centros comerciales que llenan sus bolsillos y su vanidad…, de esos complejos de juego y frivolidad, que colman todos sus deseos de usura y avaricia… hacen doler… y llorar, los ojos de la gente del pueblo sencillo.
Pero quizá sea así porque los hombres y las mujeres “normales” somos salvajes y no comprendemos las cosas. El hombre blanco habla de esperanza y de "puerta de salida" de la crisis, mientras nos amenaza con sus armas de fuego, con la servidumbre, con el miedo o con el hambre.
Parece no sentir ya, el aire que respira. Al igual que un hombre, muchos días agonizante, se ha vuelto insensible al hedor de tanta podredumbre, violencia, dolor y resignación.
En el fondo… Se siente iluminado por la idea de que Dios lo trajo a estas tierras y le dio el dominio sobre ellas y sobre las gentes de piel rossa con algún propósito especial. Cuando el Dios que conocimos, nació pegado a la gente más pobre, anunciando la liberación y la esperanza a los últimos de la tierra.
Pero aunque les parezca mentira… Ni siquiera el hombre blanco, cuyo dios Mercado se pasea con él y conversa con él -de amigo a amigo-, no puede estar exento del destino común.
Quizás seamos hermanos, después de todo.
[1] Se trata
en realidad del Centro Social Librería La Pantera Rossa, un espacio comunitario
para la cultura, la socialización y la movilización. Un proyecto que no sólo es
una librería que ofrece textos diferentes, sino una realidad metropolitana que
quiere brindar equilibrio entre palabra y acción; una parte activa en la
construcción teórica y práctica del movimiento social, sirviendo de conexión de
las experiencias y realidades transformadoras emergentes
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