En mi memoria y en mi oración estos mineros que
con su trabajo, sus luchas, sus penas y
sus alegrías son motivo de esperanza en estos tiempos grises, estos mineros que
con su marcha negra nos muestran el camino de la dignidad.
Acuden a mi memoria unas estrofas del poeta y cantautor
argentino, Atahualpa Yupanqui, que con sus canciones de lucha y reivindicación,
también de amor, nos invita a la instrumentalización de la poesía, a que de sus
versos encantados surja acción y no mera contemplación:
“Tú crees que eres distinto,/ porque te dicen poeta,/ y
tienes un mundo aparte,/ más allá de las estrellas./ De tanto mirar la luna,/
ya nada sabes mirar./ Eres como un pobre ciego,/ que no sabe a dónde va./ Vete
a mirar los mineros,/ los hombres en el trigal,/ y cántale a los que luchan,/
por un pedazo de pan./ Poeta de ciertas rimas:/ vete a vivir a la selva,/ y
aprenderás muchas cosas,/ del hachero y sus miserias./ Vive junto con el
pueblo;/ no lo mires desde afuera,/ que lo primero es el hombre,/ y lo segundo,
poeta (…).”
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