“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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viernes, 17 de agosto de 2012

34 mineros, al menos, asesinados a tiros por la policía en Sudáfrica


Obrero siempre es peligro.
Precaverse es necesario (…)
La escuela Santa María
vio sangre obrera.
La sangre que conocía
sólo miseria (…)
A los hombres de la pampa
que quisieron protestar
los mataron como perros
porque había que matar (…)
Quizás mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá (…)
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.
Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.

La noticia estalla en medio de la ola de calor y en medio de este clima de recortes y protestas sostenidas en verano: al menos 34 obreros asesinados en Sudáfrica durante una huelga en la que reivindicaban mejoras salariales. Pertenecían a una plantilla de cerca de 3 mil mineros que trabajan en la extracción de platino para la empresa británica Lonmin (el viejo colonialismo sigue vigente) y que llevaban varios días de huelga y protagonizando acciones reivindicativas para exigir mejoras en sus paupérrimas condiciones salariales.
En palabras de Roger Phillimore presidente de la compañía minera, estos incidentes son "una cuestión de orden público más que laboral". Vemos, una vez más, como los capitalistas se limitan explotar y llevarse los beneficios, exigiendo a gobiernos y policías que les protejan, así ellos se lavan las manos de los conflictos.
Esta noticia, y las imágenes impactantes de como eran baleados los mineros, me han evocado algunos recuerdos de rabia:
En primer lugar, la Cantanta de Santa María de Iquique, a la que pertenecen las estrofas del inicio: Y como anunciaba ha vuelto a pasar. Creo que es recomendable volver a escuchar esta magnifica crónica de historia de parias universales, de la historia del movimiento obrero que tan a menudo olvidamos.
También me han venido a la memoria las palabras de una oración que los obreros cristianos acostumbramos a rezar: ¡que los obreros muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha, descansen en paz! Estos obreros merecen nuestro recuerdo y nuestra oración. Ellos nos evocan hoy a todos los crucificados de la tierra y nos recuerdan que la cruz es el paso previo a la resurrección, que cualquier alternativa e este sistema basado en la riqueza de unos pocos sólo puede venir de los pobres, con frecuencia perseguidos, asesinados, masacrados.

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