Desde su acceso al poder (local, autonómico, estatal) los
líderes del PP se han hartado en criticar a los anteriores gobiernos del PSOE,
por gastar excesivamente, por ocultar facturas en los cajones… Vamos, que han
prolongado la campaña electoral con ese lema de lea al mono hasta que cante. Se
les acusaba de ser culpables de de la dureza de las medidas que ahora había que
adoptar (aunque la reforma laboral recogiese las mismas medidas que ya había
presentado el PP en la reforma que llevo a cabo el PSOE,…)
Después de todo el proceso, incluida la imposición de fuertes
recortes económicos a los gobiernos autonómicos, que amenazan incluso la
autonomía en que descansa nuestro estado de las autonomías, nos enteramos de
que las autonomías gobernadas por el PP escondía facturas en los cajones que
ahora se justifican y a las que se les quita importancia. Según Hacienda, 1.800
millones de euros del nuevo déficit corresponden a la Comunidad Valenciana. A
esta confesión se suma Esperanza Aguirre, que se auto presentó como locomotora
de la economía española, campeona del ahorro y del déficit cero (del 1,3% de
déficit al 2,2%, 2.000 millones más de gasto, que también debían descansar en
algún cajón… y también Castilla y León, que aunque en menor cantidad, declaro
un mayor déficit.
No creo en las casualidades en política. No lo creí cuando
al día siguiente de ganar las elecciones salían denunciando que las cuentas
económicas eran pero de lo esperado (Cospedal, Rajoy,…) ni creo que el ocultamiento
de ese déficit sea casual. Además, me surge una duda: esa importante desviación
de las autonomías del PP ¿obedecía a algún plan premeditado de desgaste? Nunca
lo sabremos, pero no me cabe duda de que el maquiavelismo político sigue existiendo,
y que el fin justifica los medios, y que los ciudadanos de a pié somos
reducidos a objetos manipulables a los que se les niega cualquier dignidad; y
por eso, cuando alguien levanta la voz es un antisistema, un perroflauta, un
delincuente… Nos quieren sumisos y sin libertad. No hay nada que genere más miedo
a políticos y élites económicas que personas libres que cambian su servilismo
por la capacidad de pensamiento crítico.
No importan sus mentiras, sus manejos, sus corrupciones…
todo se justifica en obtener el poder, un poder que sólo utilizan para su uso
personal, `pues como decía el ministro
de Economía, nosotros haremos cualquier cosa que nos pidan, Europa o los
Mercados, que en el actual contexto son palabras sinónimas. Declaraciones que
no pueden esconder la inutilidad de nuestra clase política: si nos gobierna Europa
y los mercados, ¿para qué queremos gobiernos?, para ejecutar decisiones
políticas sobra con el aparato administrativo del Estado, lo que sobran no son
funcionarios; son políticos que se han quedado sin competencias.
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