Llevamos días de cabreo y de rabia al ver como Bankia, que
hasta hace cuatro días declaraba beneficios, repartía dividendos... se ve
sumida en un agujero sin fondo, y ya hemos perdido la cuenta del dinero que nos
va a costar su rescate; por más que el presidente del gobierno diga que va a
ser una inversión que recuperaremos.... De momento las cifras apuntan a 19.000
millones de euros (más de 3 billones de las antiguas pesetas), y eso sin sumar los 4.465 millones
de € que ya recibió anteriormente.
Por dar algún dato más esto significa que si proyectamos los
criterios seguidos para salvar a Bankia al conjunto de la banca, el coste de su
salvamento no será inferior a 60.000 millones de euros, además de los 65.000
millones que ya nos costaron los dos anteriores decretos de reforma del sistema
financiero. Y siguen hablándonos de austeridad y recortes, mientras siguen
ebrios en su fiesta de derroche.
Pero más grave aún es que una vez descubiertas estas
prácticas de terrorismo financiero, el gobierno y sus voceros proclaman que no
es hora de investigar, de aclarar lo sucedido y la dimensión del agujero, de
pedir responsabilidades... que eso afectaría negativamente a la confianza de
los inversores, etc. (¿es qué conocen lo que estaba ocurriendo?, ¿acaso es más
grave de lo que creemos?, ¿qué tienen que ocultar?) Qué coherencia pueden tener
esas declaraciones de que con el terrorismo no se negocia, que sólo cabe
detenerlos y que cumplan sus penas íntegramente, que pidan perdón a las
víctimas...
Pero aún hay más. Al hilo de estos acontecimientos, y a
través de las redes sociales, nos hemos ido enterando de una importante lista
de familiares y miembros del PP colocados en Bankia, con sueldos millonarios. Y
por si fuera poco, nos enteramos de que un exdirectivo de Bankia tiene derecho
a 14 millones de indemnización de Bancaja. Se trata de Aurelio Izquierdo, que procedía
de Bancaja y dirigió Banco de Valencia antes de su intervención. El PP y la
actual dirección de Bankia justifican el cobro como “derechos adquiridos”
(dicen que eran cantidades aprobadas en el pasado). En fin, se ve que la
conexión madrileño-valenciana que tanto soporte da al PP funciona a las mil
maravillas.
Pero ¿qué podemos decir a los millones de trabajadores
afectados por la reforma laboral, por las mayores facilidades al despido, por
las pérdidas de derechos en la negación colectiva.... ¿Les hablamos de derechos
adquiridos?
En fin, lejos de avistarse una regeneración ética de la
corrupción que salpica la vida financiero-económica y la vida política, el “pozo
de la mierda” se agranda cada vez más, con la complacencia y servidumbre de
nuestros políticos, que han optado por olvidarse del bien común, y preocuparse
de sus cuentas y de las de sus amigos.