“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Crisis de los refugiados en la UE: de aquellos polvos, estos lodos.

Asistimos aterrorizados a las escenas en las fronteras de algunos países europeos, donde los refugiados son detenidos, golpeados, maltratados… todo por huir de una guerra que nuestros países han provocado por razones geoestratégicas, para defender el bienestar de occidente.

Las imágenes que ofrecen los medios de comunicación evocan el modelo de persona predominante en el occidente capitalista: un ser sin conciencia y sin escrúpulos, una piltrafa humana, cuyo único móvil es el económico.

Esto es lo que queda de la Europa que presumía de defensora de los las libertades y los derechos. Objetivos éticos a los que Europa ha renunciado en el proceso de construcción europeo, reducido a un mero trámite para construir la Europa de los mercados y los mercaderes,  al tiempo que se enterraba cualquier vestigio de humanismo del que tanto presumía.

Europa se ha vendido a sus socios, especialmente a los últimos, los procedentes de los antiguos países del bloque comunista, meramente en clave económica; más crecimiento, más riqueza, más bienestar individual… Y esta mezcla de mercantilismo e individualismo está en la base de la actuación de unos gobiernos, y de unos ciudadanos, que se oponen a los refugiados: se tiene miedo de que perdamos esa identidad mercantil europea; quieren islamizarnos, dicen; o quieren quitarnos nuestro bienestar: no hay trabajo para todas las personas; las ayudas para los nacionales…

Europa, sumida en la miseria moral del capitalismo, que ha alcanzado el alma de los ciudadanos, nos va convirtiendo en fieles servidores del dios dinero.

Estas imágenes evocan el Éxodo, cuando pone en boca de Dios: yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de (Europa) Egipto mis señales y mis maravillas (Ex 7, 4). Frase dura, pero que nos señala como en la pedagogía de la liberación el poder siempre reacciona ejerciendo la violencia y promoviendo el miedo cuando el pueblo reivindica mejorar sus condiciones de vida; pero en este recurso a la violencia empieza a demolerse la fortaleza de los imperios; ya que desenmascara su verdadero rostro y posibilita que cada vez más ciudadanos se unan al proceso liberador.


Hoy asistimos al endurecimiento de los corazones de los faraones europeos, los nacionales y los que rigen la propia Europa; en clave bíblica, se está endureciendo su corazón, porque ya no tiene argumentos; ahora es el tiempo de la gente decente, de la gente que se conmueve con el dolor y el sufrimiento de los migrantes y refugiados… Es el tiempo que Dios convoca a su pueblo para salir de la esclavitud del mercado, y recuperar la dignidad de la persona, de todas y cada una de las personas. 

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