Cada día descubrimos una vuelta al
pasado franquista del PP. Esta semana parece que andan tratando de rehabilitar
una especie de TOP (Tribunal de Orden Público), y todo a cuenta de los
comentarios “Inhumanos. Asquerosamente inhumanos”, como señalaba en un retwitt,
que denunciaba a cantidad de comentarios que circulan por la red menospreciando
la pérdida de una vida humana por el hecho de que la víctima fuese una política
del Partido Popular (por muy poco ejemplar que hubiera sido su trayectoria) e
incluso manifestando alegría por su muerte, lo que no deja de ser una muestra del
nivel de perversión, de inmoralidad, de animalidad y de maldad que está
anegando en determinados sectores de nuestra sociedad.
Igual de asquerosamente inhumano
resulta querer achacar esa muerte a la lucha reivindicativa que ha venido
desarrollando la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), y las maniobras
descalificadoras de la “caverna mediática” empeñada en loar al gobierno y en
criminalizar cualquier intento de alternativa liberadora. El juicio se agrava si
tenemos en cuenta que, además de participar de esa inmoralidad que acabamos de
señalar, consideramos que estamos hablando del incremento de un incremento
desorbitado de la manipulación desde los
arrabales del poder del PP.
Una manipulación que es otro de los
lazos con el franquismo, no sólo por que recuerda a algunos de los casos de
entonces (Matesa, Sofico….) sino además, porque la corrupción en el franquismo dio
lugar a importantes fortunas, amasadas sobre el hambre y miseria de la mayoría
de la población, fortunas que fueron las beneficiarias de las políticas del
franquismo y que buena parte de la mismas siguen actualmente recibiendo el
mismo trato de favor de las políticas del PP, y sigue creciendo a costa del
empobrecimiento y sufrimiento de la mayoría de la población. Una corrupción de la que, aunque sólo llegamos
a ver la punta del iceberg, está siendo encubierta y justificada, sin que se
tomen las medidas necesarias.
Esta corrupción económica
generalizada, al estilo de la escopeta nacional, se está viendo reforzada, a
golpe de decreto ley, desde el gobierno del PP, lo que nos abre la puerta a
otros lazos con el franquismo: la democracia orgánica y la beneficencia
paternalista de las damas de la alta sociedad.
No cabe duda de que nuestra democracia
ha sido vaciada de contenidos democráticos; excepto el mero formalismo de votar
(sometido a la creciente manipulación de los medios y al vaciamiento de una
educación en valores democráticos) hemos vuelto al servilismo de unos gobernantes
entregados al servicio de los poderes económicos y financieros; o si se
prefiere al secuestro de la política (el bien común) por los poderosos… Pero el
cáncer de la democracia es aún más amplio, ya que la extensión de la corrupción
habla de una falsa división de poderes, y que salvo excepciones, los poderes
legislativo y judicial están subordinados al ejecutivo y, en consecuencia, al
de los poderes fácticos. Pero la metástasis alcanza también a la Administración
Pública, en particular en sus niveles más altos, dado que la actual corrupción
requiere de la complacencia de esos altos funcionarios que, como mínimo, deben
hacerse los ciegos y hacer dejación de las funciones por las que reciben su
sueldo; pero en muchos caso, con una implicación activa en los diversos casos
de la moderna corrupción: obras y planes de urbanismo; subcontración y
externalización de servicios y actividades; concesión de licencias y permisos; concesión
de ayudas y subvenciones… una interminable lista de actividades salpicadas por
la lacra de la corrupción y que se entremezclan con la financiación ilegal a
los partidos, han acabado por
desmoralizar y empobrecer a nuestras sociedades.
Esta nueva democracia orgánica, que
encontró uno de sus mejores incentivos en el bipartidismo (también en el
bisindicalismo, como soporte apaciguador) se ha visto potenciada al máximo con
la mayoría absoluta del PP, aunque ha empezando a encontrar una fuerte
oposición en los movimientos de indignación, que apuestan por ampliar y
regenerar los espacios y las formas democráticas.
Podríamos establecer muchos más lazos
entre el PP y el franquismo, en lo que respecta a la idolología, la “patria y
el nacionalismo españolista”…. Pero el último punto de esta entrada queda
reservado a la vuelta a la beneficencia y al desmontaje de los servicios
sociales y del estado social de derecho. Parece la consecuencia lógica de una
sociedad que no sólo tiene en cuenta a los poderosos y reduce al conjunto de
los ciudadanos al papel de siervos cuya única finalidad es aumentar los
beneficios y riquezas de los ricos. El que no sirva a tal fin no merece nada,
salvo la compasión de damas y damos aburridos, la falsa caridad de quienes
niegan la existencia del conflicto, o de quienes quieren comprar acciones para
una vida eterna que entienden de forma meritocrática,
Demasiados paso atrás en tampoco
tiempo, demasiadas reminiscencias de la dictadura y de tiempos aún más lejanos, de servidumbre
y esclavitud. Pero para el PP todo va bien.