Evolución de la venta de armas en el mundo y de la
participación de los principales exportadores (2010-2011) - Fuente : New York
Times, 08/2012
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Contemplando este gráfico, me vienen de forma inmediata a la
mente algunos conflictos actuales, en
particular el de Siria, y su tratamiento en los medios de comunicación (todos
han tomado partido y hablan de rebeldes para referirse a las tropas que
combaten al gobierno sirio, y no de fuerzas terroristas, como harían si sus
intereses fueran otros) y condenan al régimen sirio por falta de democracia,
crímenes contra la humanidad…. , el conflicto contra Irán, por no citar los
innumerables en África. O la creciente ofensiva bélica de Israel contra
Palestina,
Conflictos en los que todo apunta a que se trata de los
preámbulos de uno mucho más profunda: la israelí-iraní, lista para explotar en
cualquier momento. Se trata de una estrategia a todas luces peligrosísima, y
que cada día contribuye a convertirse en un grave peligro para la paz en Oriente
Medio y en el conjunto del mundo.
El gráfico muestra, sin lugar a dudas, quien alimenta y
promueve esos conflictos. ¿Pero qué se esconde tras esos intereses?
Fundamentalmente dos hechos, que aunque a primera vista parecen
inconexos, se hayan estrechamente interrelacionados:
El trágico estado de salud de la economía mundial,
actualmente oculto tras el espectáculo de la crisis del Euro, la de Grecia, la de España. Pero
esos árboles, actualmente centrados en la zona euro, no pueden seguir ocultando
por mucho tiempo el bosque de las economías estadounidense, china, japonesa,
brasileña... pues todas las grandes
economías mundiales llevan camino de entrar simultáneamente en una recesión o
en una desaceleración de su crecimiento, arrastrando al sector socioeconómico y
financiero mundial a un agujero negro.
La creciente pérdida de poder e influencia del imperio estadounidense,
que se hace patente en el conjunto del planeta: pérdida de influencia en América
Latina, con el crecimiento de fuerzas más vinculadas a la izquierda, y que rechazan
las políticas de ajuste impuestas desde los organismos internacionales como el
Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional,… y que tanto daño les hicieron
(políticas, por cierto, que reaparecen en el sur de Europa, potenciadas por la troika).
Unos programas de ajuste estructural que, como ha quedado patente, generan
pobreza y no generan crecimiento económico, que ni siquiera han servido para
reducir la inflación o conseguir el equilibrio macroeconómico que se supone iban
a conseguir. Y ello porque tienen una lógica aparentemente aplastante: Miren
ustedes, dedíquense a exportar, eso sí, a precios bajitos y por tanto con
costes bajos para ser competitivos. De importar nada, pues de lo que se trata es
que puedan pagar la deuda. Y, además, al importar menos y tener el consumo más
bajo, porque se dedica todo a la exportación, hay menos ingresos, lo que redunda
en la una reducción mayor de la demanda privada (menos presión sobre los
precios, con lo que la inflación debería dismu¡inuir). Si además el gobierno
privatiza, consiguiendo más fondos, y reduce gastos sociales (pero no en los
armamentistas, nunca han dicho que gasten menos en policías y en ejército), la
demanda pública cae y por tanto se supone que se va a estabilizar la inflación,
o sea, que no va a haber una presión de la subida de los precios.
Se trata lógica criminal,
que viene a decir: Para no subir la inflación no consuma. Como habrá productos
sin vender hay que exportarlos. Esto es, se trata de convertir a los países en “periferia”
del sistema, en productores baratos para los países más ricos en el centro del
sistema y para las clases altas de la propia periferia. También sirve para
convertir a esos países sometidos a las políticas de ajuste en lugares de
servicios (turismo…) para los mismos consumidores.
Esa pérdida de influencia alcanza también a otros zonas,
como el sureste asiático, sometido a conflictos crecientes como la disputas
territoriales en el mar de China, o la creciente pérdida de control sobre el
mundo musulmán.
En este contexto, convergen en una misma estrategia los
intentos de combatir la crisis (desde los intereses particulares de estados
Unidos) y la lucha por recuperar la influencia y el poder perdido en la situación
geoestratégica mundial: reavivar los conflictos estratégicos militares mediante
una reanudación masiva de la venta de armas al nivel mundial. Y así se entiende
ese salto espectacular de Estados Unidos, con una administración demócrata,
hasta proveer el 85% del total de la venta de armamento, y principalmente en el
Golfo Pérsico.
Una estrategia militar que viene justificada por el fracaso
de medidas basadas en una serie de artificios financieros y monetarios, que no
atacaban las causas profundas, para intentar paliar las consecuencias de la
crisis. Recordemos que Naciones Unidas, así como otros organismos y centros de
análisis y estudios, vienen anunciando la inminencia de una nueva recesión, y
esto desata el sálvese quien pueda en este mundo globalizado, y en el que las
grandes potencias tratan de alcanzar posiciones de dominio cada vez más amplio.
La inversión en armamento, desde la más pura lógica
capitalista, resulta una política efectiva: su venta se puede potenciar a
través del miedo, la violencia,… Es de consumo masivo y se vuelve rápidamente
obsoleta. Produce grades daños (muertes humanas que reducen el paro;
destrucción de edificios e infraestructuras que reavivan la economía –la construcción
como motor de crecimiento..- somete a las poblaciones,…. Vamos todo ventaja.
Los tambores de guerra parece ser el recurso para combatir
la crisis, y para defender su dominio, que ha reencontrado Estados Unidos. Y
ante eso, qué estamos dispuesto a hacer.
Nota. El gráfico y los datos de exportaciones de armamento
están tomados del nº 67 de Global Europe anticipation bulletin, editado por el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP/Europe2020)
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