Obrero
siempre es peligro.
Precaverse
es necesario (…)
La
escuela Santa María
vio
sangre obrera.
La sangre que conocía
sólo
miseria (…)
A
los hombres de la pampa
que quisieron protestar
los mataron como perros
porque había que matar (…)
que quisieron protestar
los mataron como perros
porque había que matar (…)
Quizás
mañana o pasado
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá (…)
o bien, en un tiempo más,
la historia que han escuchado
de nuevo sucederá (…)
Tenemos razones puras,
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.
tenemos por qué pelear.
Tenemos las manos duras,
tenemos con qué ganar.
Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.
que nadie nos vencerá.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
La tierra será de todos
también será nuestro el mar.
Justicia habrá para todos
y habrá también libertad.
Luchemos por los derechos
que todos deben tener.
Luchemos por lo que es nuestro,
de nadie más ha de ser.
La noticia estalla en medio de la
ola de calor y en medio de este clima de recortes y protestas sostenidas en
verano: al menos 34 obreros asesinados en Sudáfrica durante una huelga en la
que reivindicaban mejoras salariales. Pertenecían a una plantilla de cerca de 3
mil mineros que trabajan en la extracción de platino para la empresa británica
Lonmin (el viejo colonialismo sigue vigente) y que llevaban varios días de
huelga y protagonizando acciones reivindicativas para exigir mejoras en sus
paupérrimas condiciones salariales.
En palabras de Roger Phillimore
presidente de la compañía minera, estos incidentes son "una cuestión de
orden público más que laboral". Vemos, una vez más, como los capitalistas
se limitan explotar y llevarse los beneficios, exigiendo a gobiernos y policías
que les protejan, así ellos se lavan las manos de los conflictos.
Esta noticia, y las imágenes
impactantes de como eran baleados los mineros, me han evocado algunos recuerdos
de rabia:
En primer lugar, la Cantanta de
Santa María de Iquique, a la que pertenecen las estrofas del inicio: Y como
anunciaba ha vuelto a pasar. Creo que es recomendable volver a escuchar esta
magnifica crónica de historia de parias universales, de la historia del
movimiento obrero que tan a menudo olvidamos.
También me han venido a la
memoria las palabras de una oración que los obreros cristianos acostumbramos a
rezar: ¡que los obreros muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha,
descansen en paz! Estos obreros merecen nuestro recuerdo y nuestra
oración. Ellos nos evocan hoy a todos los crucificados de la tierra y nos
recuerdan que la cruz es el paso previo a la resurrección, que cualquier
alternativa e este sistema basado en la riqueza de unos pocos sólo puede venir
de los pobres, con frecuencia perseguidos, asesinados, masacrados.