No cabe duda de que si prestamos atención a la realidad esta
nos desvela sus claves. En este sentido resultas sumamente ilustrativo que, en
este 81 aniversario de la proclamación de la IIª Republica, el rey de España
tenga que ser sometido a una operación a consecuencia de un accidente en África,
durante una cacería (¿y correría?) al tropezar con un escalón a las 5 de la
madrugada.
Además, si situamos el accidente en esa carrera de recortes
a que nos tiene sometidos el PP, o en el marco del conjunto to de manifestaciones
que tendrán lugar el 15 de abril en defensa de la educación y la sanidad
pública, la cosa no puede resultar más clara.
Qué sentido tiene hoy
una monarquía que, como recordó Luis María Xirinacs en las Cortes en 1978, no
es sino cuestión que queda al albur de las vicisitudes de un espermatozoide.
Qué sentido tiene que con el dinero d los españoles no sólo tengamos que pagra
las cacerías y correrías del monarca y de la familia real, hoyt enredada en
asuntos de corrupción. Qué sentido tiene que tengamos que estar financiando
unos turbios y prósperos negocios, que le han llevado a estar presente, a
través de la reina Sofía, en Club Bilderberg, considerado como “los amos del
mundo”. Sin dudas no muy lejanos a eso mercados que especulan contra los
bolsillos y los derechos de los trabajadores sen España, Grecia, Italia…
Como se ve, la realidad no es caprichosa, sino fiel a sí misma.
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