“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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martes, 22 de marzo de 2011

¿HAY ALGUNA GUERRA JUSTA?

La intervención militar en Libia despierta sentimientos encontrados. Por una parte, parece que la defensa de un pueblo masacrado es una razón que puede justificarla, por otra, las sospechas y recelos los tenemos a flor de pié: occidente vende armas a los países, luego les declara la guerra con un armamento superior y, finalmente, también hace negocio con la reconstrucción de los países destruidos. Tampoco se nos va de la cabeza que, otra vez más, un líder promovido, halagado y apoyado por las principales potencias, vuelve a ser considerado enemigo.
Y, aún hay otra sospecha más profunda. En razón de que se considera que unas poblaciones machacadas y masacradas por sus gobiernos merecen ser defendidas, y otras no.  

Todas estas dudas me llevan a rescatar una reflexión de hace unos cuantos años de Félix Felipe, con el mismo título que el de esta entrada, y que abre perspectivas para la reflexión:  

Los medios de comunicación nos han bombardeado con la amenaza de guerra justificada. Pero, ¿hay alguna guerra justa? Creo que, no, y hago mío el punto de vista de Erasmo, que, aunque aceptó la moral tradicional de la guerra justa como legítima defensa, revisó las guerras europeas y las condenó como incompatibles con las exigencias de la guerra justa. Pues en las guerras, ¿quienes salen ganando? y ¿quienes salen siempre perdiendo y mueren?

El principio de la legítima defensa ha dejado de ser moral y se ha convertido en razón política, económica y militar. Las guerras las declaran unos pocos elitistas y afirman que tienen razón y es justo lo que hacen, pero en realidad lo que triunfa no es la justicia, sino la ambición y la fuerza, ni la victoria se ha otorgado al que tenía la razón, sino al que poseía más poder. Y en la actualidad, ¿a quién se le da la razón? ¿al poderoso o a los pueblos empobrecidos, que mueren de hambre?, lo cual, según el Concilio, es un verdadero asesinato: “Alimenta al que muere de hambre, porque, si no lo alimentas, lo matas” ¿Para estos asesinatos no hay justicia, ni derecho a la legítima defensa? A éstos, ¿quienes les defienden?

Por eso, la guerra justa se ha de superar por la categoría “pacificación justa”, entendida como desarrollo social igualitario de los ciudadanos y de los pueblos; una paz que se asocia con la verdad y la justicia para con los pobres”.

Sin duda, esta pacificación justa es una clave que hemos de tener muy presente, ya que si sólo me planteo que puedo hacer para combatir esta o aquella guerra, mi respuesta será que apenas nada. Ahora bien, si mi clave es que puedo hacer yo para un pacificación justa, empezando por hacer las paces conmigo mismo, pacificando las relaciones de mi entrono,... sin perder de vista la justicia, seguro que encuentro perspectivas y compromisos para un nuevo compromiso a favor de la paz.

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