Las palabras de Rajoy "algunos confunden la política con el sermón de la montaña" me sacaron del sopor de
los discursos triunfalistas exhibidos en la convención del PP, cual pendones
con los que se quiere amedrentar al adversario.
De repente, Mariano Rajoy, líder del PP, partido
que presume de raíces cristianas, Abjura de su religión. Al menos de uno de sus
símbolos más emblemático, el sermón de la montaña, defendido como muchos como programa
de acción del cristianismo, junto con el mandamiento de amor.
No entiendo. No sé si se trata de una declaración
fruto de la mala conciencia por la corrupción en su partido (los sobre que
según Bárcenas el Sr. Álvaro Lapuerta le entregaba en su despacho o le llevaba
al ministerio –al parecer en cajas de puros, imagino que insulares y no
habanos-).
Pero no me parecía consistente. Luego pensé que
podía tratarse de un ataque de sinceridad, después de los discursos pro Syriza
en vísperas, durante y pos la elecciones griegas. La política no se hace para
dar satisfacción a las necesidades de los pobres, que no entienden ni saben de
esas cosas. La política hay que hacerla como dios manda, esto es, obedeciendo a
la troika, a la Merkel, a los poderosos de turno que son los que dan pedigrí y
te abren puertas cara al futuro….
Aún me vino a la mente otra idea: después de su
presencia en la maxi manifestación francesa se ha contagiado de las palabras de
la ministra de Justicia de Francia, Christiane Taubira, que frente al féretro de uno de los
caricaturistas de Charlie Hebdo espetó: "En Francia, el país de Voltaire y
de la irreverencia, tenemos el derecho de burlarnos de todas las
religiones", y tal vez a Mariano le parecieran progres e inteligentes
No sé,
pudiera ser que sólo se tratara de uno de esos ataques de sinceridad de un
gallego que, en un momento concreto no sabe si sube o si baja, pero finalmente
me incliné a pensar que dedicaba unas flores a Cartitas. Mira tú, con la de
ministros que tengo vinculados al Opus, católicos de comunión diaria, tienen
que venir los de Cáritas a amargarme el discurso del crecimiento y la
recuperación. Que coño sabrán ellos de lo que hay que hacer en el Consejo de Seguridad
de la ONU, o en las reuniones del Consejo de Europa… y, en vez de dar limosna y
callarse, que es lo suyo, se dedican a joderme el discurso.
En fin,
el sabrá, si lo sabe, si fue intencionado o simplemente un lapsus línguae, lo
que queda al descubierto, sea cual fuere la causa de su afirmación, es una
inmoralidad manifiesta que avergüenza a cualquier persona que se precie, a no
ser que sea cierto eso de que cada pueblo tiene a los gobernantes que se
merece, cosa que de momento no me creo.
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