“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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martes, 22 de julio de 2014

Regeneración política sí, empresarial también. Reflexiones a vuela pluma (tecla) y cabreado

Normalmente, cuando se habla de corrupción se piensa en los políticos; si se habla de ineficiencia económica en las administraciones públicas…. Los empresarios siguen ocultos, al margen de las crisis que sacuden a nuestro país; ellos a lo suyo, a incrementar sus beneficios a costa de lo que sea…
Y "lo que sea" suele ser una cultura gansteril. El comentario de Bárcenas acerca de la que la política y la mafia son lo mismo, podría extenderse a la economía de nuestro país que, en un alto porcentaje, sigue aumentando sus beneficios a costa de empobrecer y sobre explotar a los trabajadores y trabajadoras sin escrúpulo alguno.  
Un pequeño ejemplo. Joven trabajadora, madre soltera que trabaja en el servicio de limpieza de una clínica privada; tiene un contrato de fin de semana. Varias ocasiones la han pedido que hiciera más horas, o que acudiera a trabajar en días distintos a los del contrato y, en principio, la trabajadora encantada de poder ganar un dinero extra con el que poder mantener a su hija y a ella misma. El problema es que esas horas extras y esas ampliaciones de jornada no se las pagan… Esta trabajadora decide reclamar a la empresa las cantidades que le adeudan, y se niega a ampliar su jornada si no se le ofrecen garantías de que le van a pagar el salario defraudado. La reacción de la empresa, una carta en la que se le despide argumentando bajo rendimiento (no tiene que demostrarlo) y enfrentamientos con la encargada (que lógicamente dirá que las protestas y reclamaciones de la trabajadora por los abusos e ilegalidades empresariales son una ofensa a su autoridad…).
Si la trabajadora decide acudir al abogado para reclamar las cantidades que le adeudan, y recurrir el despido puede que, en el mejor de los casos –despido improcedente e indemnización exigua-, descontados los gastos legales gane algunos euros, pero antes habrá tenido que privarse de unas cantidades que necesita para hacer frente a sus gastos (comida, electricidad, hipoteca…). Como nota, señalar que, tras el despido, han contratado a una trabajadora discapacitada, para poder beneficiarse de las subvenciones y descuentos; luego la despedirás, pero habrán hecho demagogia y se colocarán sellos de responsabilidad social..
Pues así, miles de casos todos los días en las que las empresas, abusando de su poder, roban el salario a los trabajadores, y se enriquecen con las subvenciones que el gobierno aprueba para estas empresas piratas y, además, de las reformas laborales que privan de derechos y posibilidades de defensa a los trabajadores.
Esta, unida a la corrupción en la contratación pública, en las que las empresas son las grandes beneficiarias, son las bases de la cultura empresarial que dicen que nos sacará de la crisis y nos salvará.
Otro ejemplo, también en el ámbito de la limpieza, para ver cómo funciona, a escla micro, esas alianzas y corruptelas. En un organismo público, llevan tiempo intentando despedir a una trabajadora de la limpieza, en este caso cobre antigüedad y su despido improcedente puede suponer un coste que las empresas, dada la duración contractual establecida en los pliegos, se piensan mucho. Además esta trabajadora forma parte del comité de empresa, lo que supone una dificultada añadida, aunque pequeña.
El carácter rebelde de esta trabajadora (no callarse ante los abusos y atropellos) y el haberse negado a acudir a limpiar el domicilia particular del director en su jornada laboral (cosa que lamentablemente no puede demostrar; y sólo haberlo hecho podría (y sin seguridad completa) si hubiese aceptado esa oferta y luego denunciado).Así que la dirección del centro público y la empresa subcontratada coinciden en el interés de despedir a la trabajadora, y lo han intentado en varias ocasiones,  incluidas visitas del responsable de la empresa a su domicilio particular…
Pero la estrategia para despedirla es genial. El día de la coronación de Felipe VI, una conserje del centro en que trabaja le dice a la trabajadora de limpieza que retire y oculte todas las papeleras, que estamos en estado de alerta. Como en otras ocasiones, le recuerda que las órdenes se las debe dar su empresa y aún hace un comentario jocoso pensando que hablaba de una alarma meteorológica. Acaba el día sin que nadie de la empresa de limpieza, ni del centro en que presta sus servicios se pusieran en contacto con ella
Pasados los días, cuando la trabajadora está de vacaciones, recibe una carta de despido (que recoge cuando vuelve de sus días de permiso) en la que se le dice que ese día se había decretado la alerta en todo el territorio nacional, y que entre las medidas estaba la retirada de todas las papeleras (en un centro donde se realizan evaluaciones de depndientes, rehabilitación… y a más de 300 km de Madrid) y que había desobedecido las órdenes de sus superiores (¿una conserje que ni siquiera pertenece a su empresa?) Para más Inri, casualidades de la vida, la empresa pertenece al grupo de Florentino Pérez, que en más de una ocasión comparte palco y amistad con la monarquía. Si no fuera por lo trágico del caso, podríamos decir que es un buen ejemplo de la regeneración democrática de la monarquía.
Bueno, quede constancia de la connivencia entre administración pública y empresariado (no el pequeño, sino el potente) no sólo en la corrupción en la que se les permite a las empresas recibir grandes cantidades de dinero público, por amiguismo, y estas ofrecen regalos y dádivas a políticos y funcionarios públicos,  y todo ello a costa del dinero de nuestros impuestos y de nuestras condiciones laborales.
Son solo pequeños ejemplos, pero que se repiten día a día, por miles y que están en la base de esa desigualdad galopante, apoyada en esa cultura gansteril basada en el miedo y, cuando deja de funcionar el palo.

Como decía al principio, si a la reforma política, pero también, no se olvide, la empresarial que tanto daño está causando en tantas familias trabajadoras