“Son tiempos donde todos están contra todos, donde nadie escucha nadie, tiempos egoístas y mezquinos donde siempre estamos solos” Fito Páez

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jueves, 23 de enero de 2014

Los “luchadores de clase”, o la larga sombra de Pinochet en las políticas del PP.

Releo el capítulo “Luchadores de clase” del libro de Owen Jones: “Chavs la demonización de la clase obrera”, con la vista puesta en las políticas que viene desarrollando el Partido Popular en España, y que bajo la excusa de combatir la crisis están suponiendo un gravísimo ataque a la clase obrera y a la mayoría de los sectores populares, unas políticas que se legitiman en la mayoría absoluta del Partido Popular obtenida, sin duda, con importantes apoyos de los trabajadores y los sectores que hoy más sufren las consecuencias. Y al hacerlo me bullen multitud de interrogantes, entre los que destaca uno: ¿cómo obtiene el PP votos de las clases trabajadoras?
Las repuestas frecuentes, la nefasta gestión de la crisis del gobierno Zapatero; las mentiras del PP… aunque puedan explicar parte de esos votos, no me parecen un factor sufrientemente explicativo.  Y no me lo parece porque al fin y al cabo los particos conservadores modernos son, y vienen actuando, como coaliciones de intereses privilegiados cuyo principal propósito es la defensa de esos intereses, como declaró un importante conservador inglés añadiendo, además, que ganaban las elecciones dando lo justo al número justo de personas.
La sinceridad de estas declaraciones nos permite acercarnos a uno de los quid de la cuestión: la necesidad de obtener votos de las clases trabajadoras para poder ejercer una política de privilegios elitistas, y hacerlo con la racionalidad capitalista, con el mínimo coste posible, con las menores concesiones posibles y al menor número der personas.
Cabe pensar que esta mentalidad, totalmente arraigada en los partidos conservadores, encuentra sus orígenes cercanos en los años 70, con el crecimiento de las críticas al pacto de consenso social en que se había basado la economía y el estado de bienestar. Tras los estrepitosos fracasos del neoliberalismo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que además en un enorme empobrecimiento dio lugar a dos guerras mundiales, las fuerzas conservadoras no tuvieron más remedio que aceptar las políticas socialdemócratas de progresividad fiscal, redistribución dela renta, protección social….  Pero a la primera oportunidad, los síntomas de crisis a finales de los sesenta, volvieron a sus viejas ideas de un trasnochado liberalismo librecambista, esta vez de la mano de la Escuela de Chicago, capitaneada por Milton Friedman, que había encontrado en Pinochet y en Chile un laboratorio perfecto para sus ideas. Recordemos, Pinochet con apoyo de los Estados Unidos (militar, de las grandes corporaciones….) derroca a Salvador Allende y poner en marcha una d las dictaduras más sangrientas… Allí empiezan a experimentarse las ideas y conceptos que ahora están en la base de las políticas conservadoras para combatir la crisis. Resalto el interés de Pinochet de eliminar a la clase trabajadora, declarando que quería convertir Chile en un país no de proletarios, sino de emprendedores.
El experimento, que se completaba con el resto del recetario neoliberal (restringir el poder sindical, venta/privatización de las empresas nacionales, vuelta a los principios del librecambismo clásico…) pasaría a aplicarse en Inglaterra, especialmente con el gobierno de Margaret Thatcher. Ésta también quería acabar con el concepto de clase, que consideraba “un término comunista”; quería acabar con la idea de que la gente podía mejorar su vida con la acción colectiva más que con el enriquecimiento personal. Su respuesta era que la gente debía salir adelante con su propio esfuerzo (y el reverso, si estaba en situación de pobreza… era fruto de sus propias decisiones). Además, afirma “no existe una cosa llamada sociedad; hay hombres y mujeres individuales y hay familias”. Sólo existe una moral individual, y no existe la conciencia colectiva, la justicia social, la responsabilidad social….
Tras estas creencias existe un temor al concepto de clase, miedo que radica en que evoca la noción de un bloque organizado, con poder político y económico, que podría declarar la guerra contra la riqueza y los privilegios… Y más que al concepto de clase se teme a la conciencia de clase. Así señala un documento del partido conservador inglés de 1976: “no es la existencia de clases lo que amenaza… sino la existencia del sentimiento de clase”.
Así Thatcher, como Reagan en EEUU, tendrán como ejes de su política el combate a los sindicatos,  el desplazamiento de la carga fiscal de los ricos a los trabajadores y los pobres, el desmantelamiento de los servicios públicos, la eliminación de las regulaciones estatales de los negocios…  Y lo hacen conscientes de que están librando una batalla de clase, así un líder inglés afirmará: somos guerreros de clase y esperamos salir victoriosos”.



Parece que son los mismos ejes que sigue el PP, los mismos ensayos que se experimentaron en el laboratorio del Chile de Pinochet. Una diferencia, ellos salieron, nosotros nos estamos asfixiando en los vapores tóxicos que despiden.  Parece que son los mismos miedos que impulsan medidas como la "ley mordaza" de Gallardón...